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El papa Francisco respondió a la carta de dimisión del cardenal Reinhard Marx este jueves, 10 de junio de 2021. Y rechazó la renuncia del también ex presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania que aludía a que la Iglesia Católica llegó a un "punto muerto" en "la catástrofe de los abusos" cometidos en varias décadas por parte de miembros del clero en Alemania.
Francisco admitió que no sólo la Iglesia en Alemania atraviesa un momento de crisis debido a las denuncias de abusos sexuales, de poder y de conciencia. "Toda la Iglesia está en crisis".
La misiva tiene un tono fraterno, escrita desde Casa Santa Marta, un detalle que evoca una posible cercanía pastoral. "Querido hermano, ante todo gracias por tu coraje. Es un coraje cristiano que no teme la cruz, no teme anonadarse delante la tremenda realidad del pecado. [...] Es una gracia que el Señor te ha dado y veo que vos la querés asumir y custodiar para que dé fruto. Gracias."
El Papa al dar un espaldarazo al cardenal alemán también le centra en la realidad de "asumir esta crisis."
"La política del avestruz no lleva a nada, y la crisis tiene que ser asumida desde nuestra fe pascual. Los sociologismos, los psicologismos, no sirven. Asumir la crisis, personal y comunitariamente, es el único camino fecundo porque de una crisis no se sale solo sino en comunidad y además debemos tener en cuenta que de una crisis se sale o mejor o peor, pero nunca igual".
El Papa se mostró de acuerdo con el cardenal Marx en calificar "de catástrofe la triste historia de los abusos sexuales y el modo de enfrentarlo que tomó la Iglesia hasta hace poco tiempo".
Acepta la" hipocresía" detrás de la falta de respuesta institucional a la lacra de los abusos que han golpeado a adultos vulnerables y niños.
"Caer en la cuenta de esta hipocresía en el modo de vivir la fe es una gracia, es un primer paso que debemos dar. Tenemos que hacernos cargo de la historia, tanto personal como comunitariamente. No se puede permanecer indiferente delante de este crimen. Asumirlo supone ponerse en crisis".
El Papa que recientemente ha aprobado una reforma al Libro VI del Código de Derecho Canónico sobre las sanciones penales en la Iglesia católica en la que endurece las penas para el encubrimiento de los abusos, sostiene que "no todos quieren aceptar esta realidad, pero es el único camino, porque hacer “propósitos” de cambio de vida sin “poner la carne sobre el asador” no conduce a nada".
Instó a que "la realidad debe ser siempre asumida y discernida". Por tanto, indicó que, a su juicio, "cada Obispo de la Iglesia debe asumirlo y preguntarse ¿qué debo hacer delante de esta catástrofe?"
El cardenal Marx en su reciente carta dijo que su gesto de renuncia era para «asumir la corresponsabilidad por la catástrofe de los abusos sexuales». En consecuencia de que las investigaciones y los peritajes de los últimos diez años demostraron para él que hubo «muchos fallos personales y errores administrativos», pero «también fallos institucionales o sistémicos".
La respuesta del Papa que fue además director espiritual siendo jesuita sostiene que el “mea culpa” delante a tantos errores históricos del pasado lo hemos hecho más de una vez ante muchas situaciones aunque personalmente no hayamos participado en esa coyuntura histórica".
"Y esta misma actitud es la que se nos pide hoy. Se nos pide una reforma, que – en este caso – no consiste en palabras sino en actitudes que tengan el coraje de ponerse en crisis, de asumir la realidad sea cual sea la consecuencia".
Y toda reforma comienza por sí mismo. La reforma en la Iglesia la han hecho hombres y mujeres que no tuvieron miedo de entrar en crisis y dejarse reformar a sí mismos por el Señor. Es el único camino, de lo contrario no seremos más que “ideólogos de reformas” que no ponen en juego la propia carne."
El Papa indicó a Jesús, no aceptó el modelo de reforma del “proyecto fariseo”. “Sino que la hizo con su vida, con su historia, con su carne en la cruz. Y este es el camino, el que vos mismo, querido hermano, asumís al presentar la renuncia”.
Y cita la carta de dimisión del alto prelado que lo asesora, miembro del Consejo de Cardenales, en la que dice que “a nada nos lleva sepultar el pasado”.
“Los silencios, las omisiones, el dar demasiado peso al prestigio de las Instituciones sólo conducen al fracaso personal e histórico, y nos llevan a vivir con el peso de “tener esqueletos en el armario”, como reza el dicho”.
“Es urgente “ventilar” esta realidad de los abusos y de cómo procedió la Iglesia, y dejar que el Espíritu nos conduzca al desierto de la desolación, a la cruz y a la resurrección”.
Entonces, el Papa afirma que el punto de partida es la “confesión humilde: nos hemos equivocado, hemos pecado. No nos salvarán las encuestas ni el poder de las instituciones”.
“No nos salvará el prestigio de nuestra Iglesia que tiende a disimular sus pecados; no nos salvará ni el poder del dinero ni la opinión de los medios (tantas veces somos demasiado dependientes de ellos)”.
Es una carta que quedará en la historia casi como guía pastoral para enfrentar el pecado individual e institucional.
Así, el Papa ha puesto el ejemplo de San Pedro que negó a Jesús tres veces y se arrepintió con amargura:
“Nos salvará abrir la puerta al Único que puede hacerlo y confesar nuestra desnudez: “he pecado”, “hemos pecado”... y llorar, y balbucear como podamos aquel “apártate de mi que soy un pecador”, herencia que el primer Papa dejó a los Papas y a los Obispos de la Iglesia”.
“Y - añadió - entonces sentiremos esa vergüenza sanadora que abre las puertas a la compasión y ternura del Señor que siempre nos está cercana. Como Iglesia debemos pedir la gracia de la vergüenza”.
El cardenal alemán dijo en su carta de dimisión al Papa: “Continuaré con gusto a ser sacerdote y obispo de esta Iglesia y continuaré a empeñarme a nivel pastoral siempre y cuando lo retenga sensato y oportuno”.
La respuesta del Papa llamándolo: “querido hermano”. Y luego cita de nuevo al primer Papa de la historia que quería renunciar y la respuesta de Jesús:
“Continúa como lo propones pero como Arzobispo de Munchen und Freising. Y si te viene la tentación de pensar que, al confirmar tu misión y al no aceptar tu dimisión, este Obispo de Roma (hermano tuyo que te quiere) no te comprende, pensá en lo que sintió Pedro delante del Señor cuando, a su modo, le presentó la renuncia: “apártate de mi que soy un pecador”, y escuchá la respuesta: “pastorea a mis ovejas”, concluyó.
En este contexto, en mayo, el Papa también ha enviado una comisión apostólica para investigar la arquidiócesis alemana de Colonia en relación con abusos cometidos contra menores.
El cardenal Reiner Maria Woelki, nombrado en 2014, fue quien admitió que en su jurisdicción eclesial se cometió “encubrimiento sistemático”, tras revelar un informe que analiza decenas de casos ocurridos entre 1975-2018.
El arzobispo Woelki fue exonerado de responsabilidad. El informe explica que hubo 314 casos de abusos a menores y 202 presuntos abusadores. La comisión ha sido enviada por el Papa Francisco para recibir una imagen de conjunto.