Tanto para el Bautismo como para la Primera Comunión usamos atuendos especiales, así que para la Confirmación no debería ser diferente.
Sin embargo, hay una gran diferencia (por lo menos para la mayoría). En los dos primeros Sacramentos, nuestros padres escogen lo que vamos a usar, pero en la Confirmación, ya somos más adultos y, aunque por supuesto hay ciertas normas que se deben seguir, tenemos algo más de libertad para hacerlo más nuestro.
Un atuendo semi-formal es lo ideal, ya que respeta la solemnidad de la Confirmación, pero también tiene ese toque de modestia y humildad que caracteriza la fe católica. No es un día normal en la iglesia, pero tampoco una salida de discoteca.
El color litúrgico que usará la Iglesia para la ceremonia la Confirmación será el rojo, pues recuerda a los apóstoles quienes fueron confirmados por el Espíritu Santo en el día de Pentecostés, dándoles valentía para continuar su camino de fe. El rojo simboliza simboliza amor, fuego, pasión y la sangre del sacrificio.
Sin embargo, eso no supone una obligación para los que reciben el sacramento, sus padrinos o quienes les acompañan en la fiesta.
Puedes optar, por ejemplo, por el blanco, que simboliza luz, alegría y pureza. Por eso es el que se usa en el Bautismo y la Primera Comunión.
Los tonos pasteles también pueden ser una opción (preferiblemente usados de forma sólida y no en estampados llamativos).
Apuntes para las mujeres
- Al igual que en otros sacramentos, recuerda que, si vas a usar falda o vestido, el largo no debe ser más corto que un dedo por encima de la rodilla. Asimismo, tus hombros, espalda y pecho deben están cubiertos.
- Es importante fijarse en el tipo de tela y que no sea transparente ni demasiado ajustada.
- Usa una ropa interior adecuada para la ocasión (nada de lencería a la vista o bralettes visibles, etc).
- Idealmente, usa zapatos cerrados formales (mejor eso que zapatillas deportivas) y de tacón bajo o medio. Pero si es en verano y hace demasiado calor, puedes usar sandalias de tiras que no sean tan finitas (hay quienes usan zapatos cerrados para la ceremonia y luego se los cambian para la celebración en familia, también es una buena opción).
- Usa un maquillaje sin estridencias, sencillo y de tonos neutros. Tampoco es el momento del labiales potentes ni de delineados tipo ojos de gato.
- No olvides el peinado. Recuerda que el sacerdote ungirá tu frente con aceite, así que es mejor llevar el cabello recogido y evitar el flequillo (si tienes, no pasa nada, puedes recogerlo con la ayuda de ganchos de lado o hacia atrás).
- Mantén tus accesorios pensando en que vas arreglada pero no te han de distraer de lo importante. Evita piezas que generen ruido (pulseras que choquen, por ejemplo) y puedes usar tu medalla de Bautismo (una bella manera de honrar el bonito vínculo entre ambos Sacramentos), de la Virgen, el escapulario del Carmen o el santo de tu devoción. También puedes optar por bisutería o joyería sencilla en forma de corazón para simbolizar la acogida del Espíritu Santo en tu corazón y el recibimiento de sus siete dones.
Apuntes para los hombres
- No hay tantas opciones como en el caso de las mujeres. Lo ideal es llevar un traje y corbata.
- Si hace demasiado calor, puedes omitir la chaqueta del traje.
- Usa zapatos de vestir (mejor que zapatillas deportivas, aunque no están prohibidas porque las hay de muchos tipos).
- Puedes buscar un reloj con un significado especial, bien sea que tenga un sentido (por ejemplo, que pertenezca a tu padrino de Confirmación o un miembro de tu familia que haya sido esencial en tu formación católica).
- También puedes incluir tu medalla o crucifijo de Bautismo, o el escapulario.
- Guarda en uno de tus bolsillos una estampita del Santo de tu devoción o del Espíritu Santo.
- Visita al barbero unos días antes.
Aunque es más importante la preparación espiritual, la Confirmación no deja de ser un acto visible, así que la ropa que usemos también es relevante, no sólo como una muestra de respeto, sino también como una manera de expresar nuestra devoción y la importancia que le damos al Sacramento que estamos por recibir desde otro tipo de lenguaje: el visual.