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"Pienso que ha llegado el tiempo del matrimonio igualitario en nuestro país". Con estas palabras el presidente de Chile, Sebastián Piñera, acompañó el anunció de que le dará urgencia al proyecto de ley sobre matrimonio entre personas del mismo sexo. Sucedió el pasado 1 de junio en su último discurso ante el Congreso.
"Debemos profundizar sobre el valor de la libertad, incluyendo la libertad de amar y formar familia con el ser amado, y también sobre el valor de la dignidad de todas las relaciones de amor y de afecto entre dos personas", indicó el mandatario en su informe anual
El carácter de urgencia se le dará a un proyecto que se viene discutiendo desde 2017 en el Congreso de Chile. En 2019 el propio Piñera había descartado impulsarlo. Luego, en 2020, a poco tiempo del estallido social, el Senado resolvió legislar el proyecto, pero no avanzó.
Desde 2015 rige en el país el Acuerdo de Unión Civil (AUC), que legaliza las uniones de parejas homosexuales.
En las últimas horas, luego del anuncio del presidente de Chile, el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile difundió una declaración. En la misma se hace referencia a las prioridades marcadas por Piñera. Esto ocurre en un tiempo también pautado por la incertidumbre no solo por la pandemia del coronavirus, sino también por todo lo referente a la reforma constitucional en camino.
“El matrimonio establecido y querido por Dios es sólo entre un varón y una mujer, comunión que gesta vida y fundamenta la familia”, señalaron los obispos en un pasaje.
“Lo que la Iglesia católica enseña sobre esta materia es claro y conocido: ‘la vocación al matrimonio se inscribe en la naturaleza misma del hombre y de la mujer, según salieron de la mano del Creador’ (Catecismo de la Iglesia Católica, 1603)", continuaron.
"La familia es el ‘lugar primario de relaciones interpersonales, célula primera y vital de la sociedad (…) nacida de la íntima comunión de vida y de amor conyugal fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer’ (Compendio Doctrina Social de la Iglesia, 211)”, indicaron.
Por último, los obispos chilenos recuerdan la enseñanza del papa Francisco. Esto en su exhortación apostólica Amoris laetitia. Toman el punto en la que se afirma que “no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia” (AL, 251).
“Lo anterior, en ningún caso contradice la firme convicción de la Iglesia en cuanto a que ‘toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurando evitar todo signo de discriminación injusta’ (AL, 250). Por lo demás, desde el punto de vista de los derechos de las personas que deciden vivir juntos, la legislación nacional ha establecido un régimen que ampara jurídicamente su decisión y le otorga un reconocimiento”, añadieron.
Nota de redacción: Este 21 de julio, el Senado de Chile aprobó en particular el proyecto por 28 votos a favor, 14 en contra y 0 abstenciones. El texto y discusión seguirá su curso en la Cámara de Diputados