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El día del Corpus la Iglesia celebra el misterio de la presencia de Cristo entre nosotros en la Eucaristía. Todos los años se festeja el jueves después a la Santísima Trinidad, que tiene lugar el domingo siguiente a Pentecostés. Es decir, tiene lugar 60 días después del Domingo de Resurrección.
Jesucristo en la Eucaristía se hará presente en nuestros Altares y Custodias y, además, en muchas ciudades y pueblos paseará por sus calles, engalanadas con alfombras de flores y llenas de fieles. De esta manera mantenemos viva la tradición de nuestros antepasados en la fe. Aunque este año, debido a la pandemia, es posible que se busquen otras formas alternativas para celebrarlo.
Pero la fiesta del Corpus no es sólo para adorar la Eucaristía. Sin duda, es también un momento para pensar cómo es nuestra respuesta al amor de Dios, que además de morir por nosotros en la cruz, concibió el modo de quedarse en los sagrarios de nuestras iglesias, para recibir así nuestra adoración y alimentarnos con su cuerpo y con su sangre.
Por esta razón os proponemos elaborar en familia una Custodia con materiales sencillos, para que los pequeños de la casa aprendan y se acostumbren a visualizar a Jesús escondido en el Santísimo Sacramento.
Podemos acompañar la Manualidad con una Comunión Espiritual y escribirla en un papel para recitarla en diversas ocasiones el día de Corpus. También para crear en los niños la costumbre de decir esta oración antes de recibir la Comunión y al pasar por delante de alguna Iglesia.
Existen diversas fórmulas de Comunión Espiritual compuestas por algunos santos, como la de San Alfonso María de Ligorio o San Josemaría Escrivá. San Juan María Vianney recomendaba “cada vez que sientas que tu amor por Dios se está enfriando, rápidamente haz una Comunión espiritual”.
El Papa Francisco nos invitó el pasado año, durante el confinamiento debido a la pandemia del coronavirus, a recitar esta oración para la Comunión Espiritual, sobre todo a los que seguíamos por televisión la celebración de la Misa, cuando no podíamos alimentarnos físicamente del Cuerpo de Cristo.
A tus pies, oh Jesús mío, me postro y te ofrezco el arrepentimiento de mi corazón contrito que se abandona en su nada y en Tu santa presencia.
Te adoro en el sacramento de tu amor, deseo recibirte en la pobre morada que mi corazón te ofrece. En espera de la felicidad de la comunión sacramental, quiero tenerte en espíritu.
Ven a mí, oh Jesús mío, que yo vaya hacia Ti. Que tu amor pueda inflamar todo mi ser, para la vida y para la muerte.
Creo en Ti, espero en Ti, Te amo. Que así sea. Amén
En primer lugar, para realizar esta custodia necesitaremos:
1-Primero elegimos la cartulina que nos servirá de fondo, en este caso una cartulina de color negro. Después cortamos unos 20 cm de cartulina de color verde, que pegaremos sobre la negra, en la parte inferior.
2-A continuación, colocaremos la blonda dorada en la parte superior de la cartulina negra y la pegaremos. Después, dependiendo del espacio que dispongamos, dibujaremos el pie de la Custodia en la parte trasera de la goma eva de color dorado y la recortaremos con las tijeras. Seguidamente, la pegaremos también a la cartulina.
3- Entonces, usando como molde un platito pequeño, o cualquier otro objeto redondo, dibujaremos sobre un folio blanco una redonda, que será nuestra Sagrada Forma para la Custodia. También la recortaremos y la pegaremos en medio de la blonda dorada. Podemos pintar una cruz en medio.
4- Después iremos pegando sobre la blonda las perlitas o lentejuelas de colores, que asemejan las piedras preciosas que adornan las Custodias. Cada vez que peguemos una, podemos realizar un acto de amor y decir: “Jesús, te quiero”.
5- Para conseguir más brillo en la cartulina negra, podemos cortar pequeñas piezas de la goma eva dorada, como si fueran rayos, y pegarlas alrededor de la Custodia. ¡Jesús reluce en nuestros altares y en nuestros corazones!
6- Por último, escribiremos una oración para hacer una Comunión Espiritual, y la podemos pegar a la cartulina en el lugar donde queráis. Podéis escribir la oración que más os guste, para poder aprenderla de memoria y repetirla a lo largo del día, sobre todo cuando vayamos a recibir la Eucaristía.
¡Ya está lista nuestra Custodia para festejar el día de Corpus!