Basta un breve recorrido por algunos de los principales medios de Bolivia, o incluso una conversación con gente de por ahí, para confirmarlo. La crisis del oxígeno derivada de la pandemia del coronavirus tiene en vilo al país sudamericano.
“Centros rechazan pacientes críticos y el país requiere 25 toneladas de oxígeno al día”, es uno de los titulares por estas horas de El Deber. En esa crónica se indica, por ejemplo, la saturación del sistema de salud, aspecto que lleva al rechazo de parte de algunos centros de pacientes críticos.
Es que la tercera ola del coronavirus, sumado a variantes más contagiosas, está generando una vez más una especie de “tormenta perfecta” en sitios como Cochabamba. Así lo contó una vez más el franciscano de nombre Itamar en diálogo con Aleteia:
“Al menos esa es la situación aquí en Cochabamba. Donde está el mayor número de contagiados junto con Santa Cruz”, agregó.
Pero en los últimos días los inconvenientes con el oxígeno llegaron incluso al Hospital Católico de Santa Cruz. En este caso, una situación que generó un fuerte pronunciamiento del propio arzobispo Sergio Gualberti. Lo hizo durante una conferencia de prensa el pasado 29 de mayo en la que expresó su preocupación por el recorte de suministro de oxígeno al Hospital Católico.
Según recuerda la web de la Arquidiócesis de Santa Cruz, el pasado viernes 28 de mayo la empresa encargada de suministrar oxígeno a ese hospital había informado que “de 750 kilogramos de oxígeno que proveía a diario al Hospital Católico de Santa Cruz de la Sierra, desde este sábado 29 de mayo, solo entregaría 250 kilogramos por día”.
Ante este panorama, rápidamente tanto Gualberti como el ingeniero Víctor Valda Antelo, director del Hospital Católico, “expresaron su disconformidad, preocupación y las graves consecuencias que puede ocasionar la falta de oxígeno en el Hospital”, se añade.
Ante esto, Gualbeti esbozó: “En nombre de Dios, salvemos vidas”. Una declaración que se hizo en ese momento en pos de generar conciencia sobre los efectos que podría tener la falta de oxígeno en muchos pacientes. Es por eso que pidió no escatimar esfuerzos para proveer oxígeno y salvar vidas.
En tanto, también hizo referencia a la necesidad de mayores controles en la venta de medicamentos en el denominado “mercado negro”, lo que conlleva costos excesivos para el acceso a medicamentos en la gente más pobre. Por esto último, Gualberti pidió a revendedores de medicamentos para el coronavirus que no jueguen con la vida de las personas.