En los últimos años, pese a que la misma patria nació enraizada en la fe católica, la opinión pública fue testigo permanente de la total impunidad con la que se atacan templos católicos. Esto ha sido tan frecuentemente que ya ha dejado de llamar la atención. En el propio parlamento aquellos que creen han sido considerados trogloditas, y en medios de comunicación medievales y oscurantistas.
La Red Respeto Religioso nace encabezada por un grupo de prestigiosos juristas y académicos. Lo hacen para “que los ciudadanos comprometidos con la fe católica tengan cómo responder eficazmente ante un ataque o agravio a su religión”. Desde esta naciente red de instituciones y ciudadanos se buscará responder eficazmente ante ataques o agravios a lo sagrado de la fe católica.
En la Argentina, describen, “lo sagrado de la fe católica suele ser objeto de ataques bajo distintas modalidades sin que los mismos reciban una respuesta adecuada”. “Esta falta de respuesta convierte a nuestra religión en un ‘blanco fácil’, pues los atacantes saben de antemano que no serán sancionados por sus actos. Esto de alguna manera favorece y hasta naturaliza los ataques por más graves que sean”, explican.
La Red amplificará las denuncias buscando reparar los daños ocasionados. También ofrecerá asesoramiento judicial a los damnificados. Bregará porque las autoridades asuman sus responsabilidades en la conservación de la paz social. Al mismo tiempo será proactiva para promover leyes y normas que prevengan ataques religiosos.
Entre los responsables de la Red Respeto Religioso se encuentran Juan Navarro Floria. En este caso un exjefe de Gabinete de la Secretaría de Culto de la Nación y presidente del Consejo Argentino para la Libertad Religiosa. También Juan Miguel Bestani, presidente de Fundación Contemporánea por una Argentina Unida, entre varios abogados y comunicadores de destacada carrera.
La red, aunque naciente, ya está activa, y en el portal ya se pueden hacer denuncias si se es testigo o se conoce algún caso de ofensa a la fe católica.
En 2004, cuando el artista León Ferrari expuso en el municipal Centro Cultural Recoleta una muestra blasfema, el entonces arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio expresó:
Por esos mismos días, los católicos que asistían a Misa a la adjunta Iglesia del Pilar ya eran atacados por jóvenes militantes con el cántico: “Iglesia, basura, vos sos la dictadura”.
Escudados en el arte y la libertad de expresión, o la militancia de derechos e ideologías que se oponen a la fe católica, desde entonces se han sucedido casi sin respiro distintas expresiones públicas que han ido naturalizando el agravio a los católicos. Desde ese momento, se pueden enumerar catedrales dañadas en cada Encuentro Autoconvocado de Mujeres, referencias despectivas y agresivas ante cada discusión sobre la vida y la familia. También manifestaciones artísticas en espacios públicos abiertamente dirigidas a atacar los fundamentos cristianos. Incluso legislaciones que ignoran y penan el obrar a conciencia. Más recientemente, llamativas omisiones como normativas preventivas que excluyen la posibilidad de celebración religiosa, aun cuando encuentros deportivos o de índole político están habilitados.
En tiempos de Ferrari advertía el cardenal Bergoglio:
Con la Red Respeto Religioso se erige una opción ciudadana. Al igual que hizo en aquel momento el arzobispo de Buenos Aires y como otros han hecho desde entonces, alza la voz. Pero lo hace mostrando que no hay miedo y por el contrario, confianza y amor por la fe profesada.
