Luc de Moustier era ingeniero. Sin embargo, la vida profesional no le llenaba en absoluto. Después de dos procesos de burnout, quemado del trabajo, en 2006 decidió hacer una peregrinación a Israel. Pedía a Dios que acabara con su inquietud interior.
En Tierra Santa descubrió que su auténtica vocación era ser artista, “contemplar la belleza y comunicarla”, como él afirma.
De regreso a Francia, su país, dio sus primeros pasos como pintor primero y luego como escultor.
Además de un pesebre gigante que preparó para la iglesia de Saint-Honoré-d'Eylau (París), ha creado una preciosa escultura de san José, que se ha colocado en el estacionamiento del monasterio de Cotignac. Se trata de una población próxima a la Costa Azul, a 40 kilómetros del mar Mediterráneo, famosa porque es el único lugar del mundo en el que se apareció san José solo.
Esta aparición ocurrió el 7 de junio de 1660. San José se apareció a un joven pastor en el monte Bessillon, junto a Cotignac. Ha sido oficialmente reconocida por la Iglesia Católica. A ello se suma que en el siglo XVI allí se había aparecido la Virgen, en la advocación de Virgen de Todas las Gracias.
Moustier quiso expresar un carácter contemporáneo a la figura de san José. Por este motivo, la escultura tiene algunos rasgos singulares.
San José está con el Niño Jesús y lo lleva a hombros. Es un gesto que Moustier identifica con los padres cuando cargan con los pequeños. Sin embargo, es el Niño Jesús quien indica el camino a san José con su brazo extendido.
La escultura sugiere acción, movimiento. San José está subiendo el peldaño de una escalera. En la primera versión, la figura era más estática pero unos padres indicaron a Moustier que deseaban algo más dinámico. Así fue como pensó en un san José vigoroso ascendiendo.
En cuanto al Niño, un día de finales de junio de 2016, Moustier salía de misa y se encontró con un niño de 3 años “con una mirada chispeante de picardía”: ¡ese sería su modelo!, pensó, inmediatamente fue a pedir permiso a sus padres para poder contar con él.
Además del de piedra en Cotignac, la escultura tiene un segundo ejemplar hecho en resina, que sirvió para la Marcha de Padres a Notre-Dame de París ya en 2016. Es un acto público que va por las calles cercanas a la catedral cada 19 de marzo.
Para el proceso de elaboración de la escultura, Moustier contó con un crowdfunding que logró donativos de muchas personas, y también con los organizadores de la Marcha.
Para este artista, la mano de Dios se hace notar en detalles de su trabajo. Por ejemplo, cuando pensaba en la postura de movimiento que había dado a san José, su esposa encontró una iconografía de la Sicilia del siglo XII en la que el santo Patriarca aparece en esa posición.
También descubrió que otra imagen del siglo XIV en Serbia tiene la misma postura. Era un san José que llevaba a Jesús a sus espaldas en el regreso de Egipto. Para él esto le animaba a proseguir, pensando que se unía a la tradición de los artistas cristianos que le han precedido.