Es mayo, es tiempo de comuniones. Es el mes por excelencia en que miles de niños reciben este sacramento y como recuerdo comparten con sus seres queridos un recordatorio.
Una lámina de papel con la foto o con una ilustración del niño que nos sirve para acordarnos de este día. Pero ¿cómo podemos darle más sentido? Un recordatorio es mucho más que un trozo de papel.
La comunión es un sacramento, de los más emotivos y alegres. Los niños reciben por primera vez el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Se preparan con la catequesis en las parroquias o en los colegios y después lo celebran.
Además del traje y del convite con la familia, preparamos lo recordatorios que ilustran ese día. Aquí van algunos consejos para hacer de la lámina algo cargado de sentido y que sirva de testimonio.
1Prepara y diseña el recordatorio con los niños
Es importante hacer partícipes a los niños de este detalle. Escogerlo con ellos. Sobre todo, porque recuerda lo importante, el sacramento de la Comunión. Debemos hacerlo por tanto, atractivo y a su gusto. Que el pequeño ponga ilusión en prepararlo y disfrute haciéndolo.
Es bueno que se sientan importantes escogiendo el modelo, buscando la foto o la ilustración con el traje que vayan a llevar ese día. Personalizarlo, para que ellos se vean reflejados. Pueden incluso hacer el dibujo a mano ellos mismos y plasmarlo en el papel.
2Escoge un texto bíblico
Pero no sólo nos vamos a quedar en el dibujo o la foto del vestido. Podemos añadir un símbolo, del Pan y el Vino, que muestra el significado real de ese recordatorio: la Comunión. Podemos también añadir un texto bíblico. Un versículo que aporte una carga evagélica a ese momento.
Por ejemplo, el que recoge Juan en el capítulo 6: “Yo soy el pan de vida, el que viene a mi nuca tendrá hambre” (Jn6;35) o una oración que muestre el compromiso y la Gracia que reciben por primera vez ese día.
El niño que hace la Comunión puede también escribir esa oración. Que exprese lo que siente con palabras, y muestre las ganas que tiene de recibir a Cristo por primera vez. Algo sencillo y personal.
3La fecha es importante
En ese recordatorio que hemos elaborado con esmero no puede faltar la fecha de ese día. Desde entonces debemos incorporarla a nuestro calendario ya que cambia nuestra vida, porque realmente la transforma. Es algo para no olvidar y para celebrarlo.
Conmemorarlo cada año al igual que festejamos nuestro santo o cumpleaños. Es una fecha importante, un regalo que Dios nos hace.
Por tanto esa fecha impresa en el recordatorio hará que podamos tenerlo presente cada vez que la vemos. Como dice el Papa Francisco: "La Eucaristía se coloca en el corazón de la iniciación cristiana junto al Bautismo y la Confirmación y constituye la fuente de la vida misma de la Iglesia".
Es una fecha que no podemos ni debemos olvidar. El recordatorio nos ayudará a mantenerla viva.
4Signo de agradecimiento
Tras la ceremonia y la celebración se entregan estos recordatorio que se convierten además en un símbolo de gratitud. Una forma de dar las gracias a todos aquellos que han compartido con los niños ese día.
El pequeño lo repartirá para que ellos también recuerden ese día como lo que es: el día de su Primera Comunión y no el día de ponerse simplemente un vestido bonito y celebrar una fiesta pensando en los regalos.
Además de las palabras, los besos o abrazos que podamos compartir ese día, el recuerdo queda impreso. Escrito en un trozo de papel que nos lo recuerda cada vez que lo veamos.
5Más especial en tiempo de pandemia
Y en este tiempo que vivimos y que tal vez obligó a posponer y modificar muchas comuniones cobra, si cabe, mucha más importancia. Pasamos más tiempo con los nuestros y tenemos más momentos para pensar y analizar lo que vivimos, los niños preparan de forma más intensa su comunión.
No piensan en lo externo, en el envoltorio que rodea, e incluso elimina, el verdadero sentido de este día y de este sacramento . Se centran más en lo importante y disfrutan preparando cada detalle para ese día, como el recordatorio de su Primera Comunión, porque ahora no hay grandes celebraciones que tergiversen su verdadero sentido.
Y que mejor manera de recordarlo que de forma impresa y compartida con los que más queremos y que han sido testigos de ese día.
Otros no podrán asistir tal vez por las restricciones o por cuestiones de salud y aquí el recordatorio cobra aún más sentido. Se lo podemos enviar para hacerles también partícipes.