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Cuando la Virgen María salvó Roma del último enfrentamiento nazi

MADONNA DEL DIVINO AMORE

Sanctuaire Notre-Dame du Divin Amour

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Maria Paola Daud - publicado el 04/05/21
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Santuario de Nuestra Señora del Divino Amor

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La Virgen del Divino Amor, imagen tan amada por los romanos que dedicaron un importante santuario a la puerta de la ciudad, tiene más de un evento milagroso en su historia.

El primero se remonta a la primavera del 1740, cuando un peregrino en su camino a San Pedro, se pierde a unos doce kilómetros de la ciudad, en los campos desiertos de Castel di Leva.

Desesperado y cansado de buscar el camino que lo lleve a la ciudad, logra ver un castillo en ruinas en lo alto de una colina, y se dirige al lugar con la esperanza de obtener alguna información útil para volver al camino correcto.

Casi llegando a la puerta del castillo es atacado por una jauría de perros rabiosos. Las bestias furiosas lo rodean.

Aterrorizado, el pobre hombre mira hacia arriba y se da cuenta de que en la torre hay una imagen sagrada. Es la Virgen con el Niño y la paloma que representa el Espíritu Santo. Con todas sus fuerzas le suplica gritando: "¡Virgen mía, una gracia!".

De repente los perros se calman como obedeciendo dócilmente a una orden misteriosa y aquel grito desesperado llamó la atención de unos pastores que llegaron corriendo a ayudarlo.

El peregrino logró encaminarse de nuevo hacia el Vaticano, y a quien encontraba contaba lo sucedido, se corrió la voz, y a Castel di Leva comenzaron a llegar miles de fieles a pedir favores a la Virgen del Divino Amor.

En la página del santuario explica por qué la Virgen lleva el título de “Nuestra Señora del Divino Amor”: significa que a María nunca se le debe separar de su divino esposo, el Espíritu Santo.

Como para la Santísima Virgen, también para cada uno de nosotros, sin el Espíritu Santo no podemos actuar correctamente. Es el Espíritu Santo quien apoya la tarea de la comunidad cristiana.

A mediados de la década de 1740, el icono se retiró de la torre y se colocó en la pequeña iglesia cercana a Santa Maria ad Magos.

El lunes de Pascua de 1745, se vuelve a trasladar la imagen a la nueva iglesia que se construyó en su honor, y fue colocada y entronizada en el altar mayor.

El Papa Benedicto XIV decidió conceder la indulgencia plenaria a los peregrinos que llegaban a visitarla; no solo para el día lunes después de Pascua sino también para los siete días siguientes.

En los primeros años, se estima que los visitantes al santuario rondaban la cifra de dos millones por año.

Lamentablemente, durante la Segunda Guerra Mundial, el 7 de septiembre de 1943 toda la zona del santuario viene bombardeada, y se decide trasladar la imagen de la Virgen a Roma, a la iglesia de San Lorenzo in Lucina.

El Papa Pío XII, ante la inminencia de la batalla por la conquista de Roma entre los nazis y los aliados, invita solemnemente a los romanos a rezar por la salvación de la ciudad.

La concurrencia en San Lorenzo in Lucina aumenta tanto (el diario La Civiltà Cattolica informa que se distribuían 15.000 comuniones diarias), que se vieron obligados a trasladar la imagen de la Virgen a una iglesia mucho más grande, San Ignacio de Loyola en Campo Marzio.

El 4 de junio, se decidía la suerte de Roma. El mismo día a las 18.00 se lee el texto del voto del pueblo romano a la Virgen del Divino Amor.

Se comprometían a corregir su conducta moral, erigir un nuevo santuario y realizar una obra de caridad en Castel di Leva, a cambio de que Roma se salvara de la batalla entre los nazis y los aliados.

Esa misma tarde los alemanes abandonan Roma y las tropas aliadas hacen su entrada triunfal en la ciudad.

El 11 de junio, Papa Pío XII celebra una misa de acción de gracias a Nuestra Señora del Divino Amor, a quien se le otorga el título de Salvatrice dell'Urbe  (Salvadora de la Ciudad).

El pueblo cumplió la promesa, aunque por varios problemas burocráticos se tuvo que esperar hasta el 8 de enero de 1996 para que el cardenal vicario Camillo Ruini colocara la primera piedra.

Juan Pablo II inauguró el nuevo santuario el 4 de julio de 1999.

Hoy el santuario se encuentra en una gran área verde, y los romanos aman visitar a la Virgen el lunes después de Pascua (conocido en Italia como Pasquetta), descansando y compartiendo un pic-nic en familia o con amigos en sus verdes praderas.

Aparte, todos los sábados, desde el primero después de Pascua hasta el último de octubre, se realiza una peregrinación nocturna desde la medianoche, partiendo de la zona del Circo Máximo.

Se llega al santuario al amanecer, después de recorrer 14 km, y se celebra una misa en honor a la Virgen del Divino Amor.

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