Este 28 de abril finalmente hubo una resolución sobre la despenalización del aborto en casos de violación en Ecuador. Esto debido a que la Corte Constitucional tenía que dar respuesta a demandas de organizaciones de la sociedad civil, así como la Defensoría del Pueblo.
En ese sentido, recuerdan medios como El Universo, había un proyecto presentado a la Corte con la petición de “declarar inconstitucional por el fondo los artículos 149 y 150 del Código Orgánico Integral Penal (COIP)” vinculados al tema del aborto.
Luego del debate y votación fueron siete los jueces que se pronunciaron a favor de la despenalización del aborto por violación (hubo dos que lo hicieron en contra). Lo que también se señaló fue que la Corte hizo énfasis en el artículo 150, numeral 2 del COIP, con respecto al aborto no punible “si el embarazo es consecuencia de una violación en una mujer que padezca de discapacidad mental”. Lo que hicieron los jueces con la resolución fue quitar la frase “discapacidad mental” por considerarlo discriminatorio.
La situación ahora, en la que la Corte Constitucional resolvió avanzar en la despenalización del aborto en caso de violación, prosigue con diversas manifestaciones. Si bien se considera de carácter obligatorio lo resuelto, el hecho de plantear como inconstitucional parte del COIP debería motivar una discusión en la Asamblea para la regulación.
Por su parte, el presidente electo de Ecuador, Guillermo Lasso, una vez conocida la noticia de la resolución, expresó lo siguiente a través de las redes sociales:
“Soy un hombre católico. Como tal, siempre he procurado actuar de acuerdo a los valores que dicta mi fe en todo lo que concierne a mi vida, mi familia y acción privada. Sin embargo, como presidente electo mantengo también un inquebrantable respeto a los valores democráticos y republicanos. Creo especialmente en principios como la laicidad del Estado y la separación de poderes. (...) Por ello, hoy quiero manifestar mi total respeto a lo resuelto por la Corte Constitucional de nuestro país”, expresó.
Horas antes de que la Corte Constitucional tomara esta resolución, quien también se pronunció fue el propio Consejo de Presidencia de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana a través de una carta dirigida al presidente del organismo, Hernán Salgado.
A través del mensaje –proporcionado también a Aleteia- los obispos hacían un claro llamado a la defensa de la vida y expresaban preocupación. Entre otras cosas por recordar que la despenalización del aborto en casos de violación ya había sido discutida por la Asamblea General y hasta vetada por el Ejecutivo. Por lo cual, entendían, la decisión de la Corte desconocería el profundo debate que se había generado anteriormente.
Pero también manejaron tres conceptos. El primero, el de la “complejidad”, en el sentido de que el tema va contra el derecho fundamental de todo ser que es la defensa de la vida. También por la “competencia”, que en el caso de la Corte sería la de “control, interpretación constitucional y administración de justicia”, quedando para la Asamblea la tarea de legislar y establecer sanciones. Por último, “oportunidad”. Esto último en cuanto a la actual coyuntura de crisis sanitaria, proceso de transición de gobierno. Todos elementos que generan que un tema tan delicado como la despenalización del aborto se quede sin escuchar las voces de quienes defienden los derechos del niño por nacer.
Lo sucedido en las últimas horas en Ecuador ha generado múltiples reacciones, pues en el fondo una vez más se pone en jaque el derecho a la vida. No obstante, también en los últimos días hubo iniciativas como respuesta, la otra cara de un drama que muchas veces se queda concentrado en foros, redes y expresiones con poca reciprocidad.
Es ahí donde aparece como ejemplo lo hecho en lugares como Guayaquil donde pasado 27 de abril se desarrolló el primer taller “Acciones por la vida y la familia”. Con esto, además de la formación en la defensa de la vida, se posiciona una iniciativa pastoral para ayudar a “avivar la cultura de la vida para las madres y sus familias”.
Así lo consideró Martha Villafuerte, coordinadora del programa Vida y Familia, a través de la web de la Arquidiócesis de Guayaquil.
“Se busca dar apoyo científico y espiritual a las personas que llevan la ‘voz por la vida’ y promover eventos que nos agrupen”, consideró.
Gracias a esto también se estará colaborando no solo con padres, sino también con las organizaciones que ayudan a las madres embarazadas y familias, además de la oración y el apoyo a mujeres afectadas por el aborto.