Los obispos españoles presentaban, en la nota de prensa final de su asamblea plenaria, un nuevo modelo de testamento vital. El documento había sido presentado por la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida a la Asamblea Plenaria.
El texto fue aprobado y explican que “la persona que firme este texto manifiesta su deseo de que “si llegara a padecer una enfermedad grave e incurable o a sufrir un padecimiento grave, crónico e imposibilitante o cualquier otra situación crítica; que se me administren los cuidados básicos y los tratamientos adecuados para paliar el dolor y el sufrimiento; que no se me aplique la prestación de ayuda a morir en ninguna de sus formas, sea la eutanasia o el “suicidio médicamente asistido”, ni que se me prolongue abusiva e irracionalmente mi proceso de muerte”.
Durante la Rueda de Prensa, el Secretario General de la CEE, Mons. Luis Argüello, explicaba que desde la Iglesia se hará campaña para difundir el texto y “animar a la sociedad española a dar el paso e inscribir este testamento vital de últimas voluntades en favor de la vida y de los cuidados hasta el final en los registros correspondientes de cada CCAA”.
En su intervención explicó que no se trata de llevar este texto en la cartera, sino que hará falta regristrarlo en el lugar que cada comunidad autónoma estime. Según explica la ley se habilitará un registro para incorporarlo al historial del paciente: "Por tanto, que en un hospital al teclear el historial, además de decir que tiene una operación o que lleva audífonos, también el poder decir que esa persona ha hecho una declaración sobre sus últimas voluntades. Esto requiere ir a un registro y cumplir con lo dictado en cada comunidad autónoma. Supone un esfuerzo, pero en la campaña queremos facilitarlo lo más posible con recursos electrónicos que hay, pero tamibén pensamos en situaciones de personas que no puedan desplazarse. Pero las exigencias actuales piden algo más que llevar en la cartera el testamento”.
El texto también incluye una referencia a la presencia de un sacerdote católico y a la administración de los sacramentos, pidiendo: “ayuda para asumir cristiana y humanamente mi propia muerte “