“Con profundo dolor vemos, una vez más, que uno de los templos de la Diócesis de Villarrica, ubicado en la comuna de Padre Las Casas, ha sido destruido, anoche (viernes 16 de abril), en un ataque incendiario. Mi afecto y mi solidaridad está, en primer lugar, con la comunidad eclesial que ha sufrido esta afrenta”.
Con estas palabras expresó su congoja el obispo de Villarrica, Francisco Javier Stegmeier Schmidlin, tras lo sucedido con un templo ubicado en Padre Las Casas, la Araucanía, una zona de Chile famosa por el histórico conflicto vinculado a los mapuches.
En ese sitio, en la noche del viernes, una vez más un ataque incendiario a una iglesia cobró notoriedad no solo por lo visual, sino también por formar parte de una localidad donde los ataques incendiarios suelen ser recurrentes.
En las últimas semanas, por ejemplo, hubo otros ataques en la zona que han afectado camiones, comisarías y hasta viviendas. El sábado, incluso se reportó el incendio a una escuela cerca de la iglesia.
Ante estos hechos, que suelen ser frecuentes, una vez la misma pregunta. Así lo manifestó el propio obispo de Vilarrica en su comunicado difundido a través de la Iglesia de Chile:
“Este hecho que, además de motivarnos a rezar de manera intensa por la paz en la región, tiene que hacernos reflexionar el porqué de esta violencia irracional y qué caminos hemos de transitar todos como sociedad para dar solución a la crítica situaciones que estamos viviendo”.
Pero el propio obispo indica también la necesidad de llevar paz a la región a través de un rol activo en “la construcción de puentes y oportunidades con los que menos tienen, con quienes se sienten marginados”.
“La Iglesia en la Araucanía seguirá trabajando -cada vez con más ahínco y profesionalismo- en el desarrollo humano de sus habitantes, sin exclusiones, así como en anunciar a Jesucristo y llevar el Evangelio a todos los rincones de la Región convencidos que solo en Cristo las personas pueden encontrar su verdadera felicidad”, indica Stegmeier Schmidlin
El obispo finaliza su mensaje pidiendo una oración especial. Lo expresó de esta manera: “Por todos aquellos que sufren esta inútil y creciente violencia, así como por aquellos que equivocadamente buscan soluciones a través de la destrucción y del terror y también por las autoridades responsables del bien común”.
Artículo elaborado con información de Iglesia de Chile