El mes de marzo –aprovechando la segunda ola de la pandemia de Covid-19— la Cámara de Diputados mexicana, liderada por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) aprobó por mayoría el proyecto de ley para legalizar y regularizar el consumo, cultivo y comercio de marihuana con fines recreativos en todo México.
“Sin duda, se trata de una noticia trágica para todos los ciudadanos, en especial para los niños y adolescentes”, comenta en El Observador, el escritor y profesor Raúl Espinoza. Y agrega: “Todos los que vivimos en la década de los años sesenta, fecha en que se puso de moda entre la juventud el consumo de esta droga, observamos sus terribles consecuencias”.
Según Espinoza sus recuerdos lo conducen a considerar que algunos conocidos y compañeros de su escuela, que por “novedad” o por “llamar la atención” se dedicaron a consumir marihuana, “con el pretexto de que no hacía ningún daño al organismo”, no siempre corrieron con muy buena suerte
Algunos perdieron el año escolar. “Era evidente que les comenzó a fallar la memoria; disminuyó su capacidad de aprendizaje; tuvieron una notable pérdida de atención o concentración mental; les costaba mucho la coordinación física y mental, lo mismo que la toma de decisiones; sus emociones se volvieron muy inestables, con bruscos cambios en su estado anímico”.
Otros, incluso, “perdían la noción del día, de la hora o en qué lugar estaban”. Su discurso verbal se volvió “tremendamente lento” y daban la impresión de estar en un permanente estado de confusión. “No se adecuaban a la situación social en la que se encontraban”, comenta en su artículo de El Observador, Espinoza.
Una de las cuestiones importantes de la adicción a la marihuana es que –recordando lo que sucedió en la década de los sesenta y los sesenta del siglo pasado en México— es que un buen número de adictos, dieron el salto a consumir drogas más fuertes como la cocaína, la heroína, derivados del opio, los hongos alucinógenos, el LSD, etcétera.
“Como es lógico, ante el abuso de esas drogas fuertes, muchos fallecieron por sobredosis y otros más quedaron fuera de la realidad y nunca volvieron a ser los mismos en su personalidad”, comenta Espinoza. Fueron célebres los casos de los músicos como Jimi Hendrix, la cantante Janis Joplin, Brian Jones (del grupo “Los Rolling Stones”), Kurt Cobain (cantante del grupo “Nirvana”), Jim Morrison (vocalista de “Los Doors”).
Otro caso lamentable fue el fundador, compositor y cantante del grupo “Pink Floyd”, Syd Barret, quien acostumbraba a consumir LSD y en cierta ocasión tuvo un grave daño cerebral y perdió toda noción de la realidad. En su memoria, escribe Espinoza, esta banda de rock le compuso la melodía “Wish You Were Here” (”Desearía que Estuvieras Aquí”), “cuya letra es un verdadero lamento por el amigo perdido”.
Muchos usuarios afirman que si solo se consume marihuana, no hay problema. Sin embargo, investigaciones como la del “National Institute on Drug Abuse” de Estados Unidos (publicación “Drug Facts”, Septiembre de 2015); o la del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (Estados Unidos, publicación actualizada el 17-abril-2017), demuestran que sí puede haber complicaciones de salud.
En resumen, dichas investigaciones muestran que el consumo de marihuana puede afectar al ritmo cardiaco y tiende a subir la presión arterial; aumenta el riesgo de un ataque al corazón; daña a los tejidos pulmonares; causa daño en los pequeños vasos sanguíneos y aumenta el riesgo de tener accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades cardiacas; así mismo, el humo de la marihuana es tan dañino como el humo del tabaco y afecta incluso a los no fumadores.
Espinoza agrega: “he conocido a personas con diversos trastornos mentales debido a su consumo: algunos padecen de delirios o alucinaciones; en otros casos provoca depresión nerviosa, ansiedad y pensamientos suicidas” y, además, “suelen vivir en soledad, con un notable aislamiento social y falta de participación familiar”.
“Realmente resulta contradictorio que ante las evidencias científicas y por instituciones de gran prestigio nacional e internacional, legisladores y políticos aplaudan esta resolución histórica que causará un gravísimo daño en la salud pública nacional”, termina diciendo Espinoza en su artículo de El Observador.