La vida cristiana incluye la alegría de comer juntos, de ser acogido, de paladear esa existencia que nos vuelve tan humanosJesús envía a sus discípulos de dos en dos, con las manos vacías y el corazón abierto a recibir. ¡Qué importante es aprender a recibir! Y es que nadie da lo que no tiene…
Evangelizar, en este sentido, también significa aprender a dejarse acoger, no solo transmitir un mensaje de palabra. Dar la posibilidad al otro de hacer algo bueno, de amar y juntos gozar la existencia.
El Reino de los cielos y el banquete
Jesús enseña también en medio de banquetes y comidas; invita a la gente a comer con Él y con sus amigos. Y en esas reuniones festivas comparte, vive, da testimonio, enseña a vivir.
De hecho, compara el Reino de los Cielos a un banquete; pues vivir este reino es ya vivir una fiesta. Y ese banquete que ofrece es la creación, que cada ser humano tiene la oportunidad de disfrutar a su lado, amando y dejándose amar.
«¡Feliz el que se siente a la mesa en el Reino de Dios!» (Lc 14,15)
Evangelizar es comer con Jesús
La vida cristiana incluye la alegría de comer juntos, de ser acogidos, de paladear esa existencia que nos vuelve tan humanos. Y en medio de esa alegría está Jesús. Él es el mensaje, Él es el banquete.
Evangelizar podría decirse que es también comer al lado de Jesús; amando al otro, dejando que el otro nos ame, transmitiendo, en definitiva, el testimonio eterno de Cristo. Y sabrá la gente que somos sus discípulos si, en la mesa, partimos el pan como Él nos ha enseñado.
«Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio. Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista» (Lc 24,30)
Artículo basado en el texto original: Buscad primero el Reino de Dios… – La alegría de comer con Jesús de Pauline Lodder
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