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No son pocas las historias que nos llegan al Instituto Coincidir, en las que trabajamos los conflictos familiares.
Algunos de esos conflictos, vienen provocados a veces, por una mala comunicación en la pareja. Otras veces, generados por patologías sin tratar. En ellos hay implícito un maltrato psicológico o incluso cierta violencia sexual dentro del matrimonio.
Este maltrato generalmente viene provocado por un deterioro en la relación, e incluso por un deterioro en la persona.
En el informe de 2021de la ONU Mujeres se recoge que 243 millones de mujeres de entre 15 y 29 años sufrieron violencia sexual o física por parte de sus parejas sentimentales en el último año a nivel global.
Las cifras son alarmantes. No hay más que asomarse a las estadísticas que recoge la ONU Mujeres (2020):
A nivel global, se estima que 736 millones de mujeres -alrededor de una de cada tres- ha experimentado alguna vez en su vida violencia física o sexual por parte de una pareja íntima, o violencia sexual perpetrada por alguien que no era su pareja (el 30% de las mujeres de 15 años o más)."
Nacidos por amor y para amar
Hemos nacido por amor y para amar, si bien es cierto que cada persona tiene su particular forma de amar. En ella interviene su personalidad, sus actitudes y valores, sus creencias acerca de qué es el amor; sus trastornos (si los hubiera), sus inseguridades, su historia afectiva previa. Todo ello condiciona cómo entiende el amor, "hay cosas que son legítimas y otras que no lo pueden ser en la relación de pareja".
Clases de maltrato
Podríamos decir que el maltrato psicológico, abuso o chantaje emocional en la pareja es: "un proceso que se da de forma continuada y mantenida en el tiempo. En él una de las partes, es humillada, insultada, infravalorada, manipulada o despreciada por la persona que se supone que le ama".
Este abuso o maltrato psicológico, puede darse de manera abierta o latente:
- De manera abierta, a través de frases despectivas o despreciativas, insultos, celos, control manifestado de diferentes maneras (mediante control de llamadas, control de móvil, de salidas, de forma de vestir, de peinarse o de maquillarse).También puede manifestarse a través de una falta de control de la ira, o mediante una restricción de los recursos económicos; a través de prohibiciones a la hora de hacer cosas o de relacionarse la mujer. Mediante gritos, insultos, golpes a objetos de la casa, silencios e indiferencia a lo que a la mujer le pueda estar pasando.
Normalmente las personas que actúan así lo hacen a través de un estilo comunicativo agresivo y dominante, que les lleva incluso a la amenaza bien con romper la relación; bien incluso con matar o golpear a la mujer si no hace lo que le están exigiendo (en este caso, incluso se puede ver reflejado en un abuso sexual o dominación a la mujer para que cumpla los deseos del hombre).
- Por otro lado, el maltrato latente es como dicen algunos expertos en psicología es un tipo de maltrato más sutil. Puede costar más de identificar, por tratarse de un abuso indirecto donde se desprecian los pensamientos y conductas del otro o sus emociones. (Por ejemplo, mirar con desprecio cuando su pareja llora, reírse ante determinado comentario, ignorar cuando le están hablando…). Se atacan los gustos de la persona que sufre este comportamiento y se niegan sus pensamientos y emociones.
Consecuencias
En cualquiera de los anteriores supuestos, la autoestima de la mujer se va viendo mermada y siente que sus gustos, sentimientos y necesidades han dejado de importar y no existe como persona. Está deshumanizada, invadiéndole un sentimiento de soledad e impotencia que se agudiza por quedarse aislada de apoyo social. Su vida gira alrededor de su pareja, que a la vez le recuerda que está sola y que nadie querrá estar con ella.
Su compañero la va aislando en ese control sobre la mujer y ella poco a poco va sintiendo que se ahoga pero no tiene fuerzas para dar pasos porque se ha hecho pequeña; y de alguna manera mientras no vaya a más, prefiere no hacer nada para salir de ese pozo. Mejor dicho, tiene miedo a dar los pasos que le permitan salir de allí.
Ante esta realidad, a veces muda, no podemos mirar hacia otro lado, como dice el Papa Francisco en el video que ha publicado el Vaticano
“Hoy, sigue habiendo mujeres que sufren violencia. Violencia psicológica, violencia verbal, violencia física, violencia sexual. Es impresionante el número de mujeres golpeadas, ofendidas, violadas. Las distintas formas de malos tratos que sufren muchas mujeres son una cobardía y una degradación para toda la humanidad. Para los hombres y para toda la humanidad. Los testimonios de las víctimas que se atreven a romper su silencio son un grito de socorro que no podemos ignorar. No podemos mirar para otro lado. Recemos por las mujeres que son víctimas de la violencia, para que sean protegidas por la sociedad y para que su sufrimiento sea considerado y sea escuchado por todos.”.
Pedir ayuda
Es importante acompañar a las mujeres que sufren esta realidad, generalmente en silencio, por eso el papel de la familia, de los amigos, es fundamental para ayudar a quien está sufriendo este maltrato.
Dependerá de cada caso, pero los signos a través de los cuales se manifiesta son claros, por eso, ahora más que nunca urge ayudar a esas mujeres para que puedan pedir ayuda.
Hoy en día hay muchos recursos e instituciones que atienden el maltrato y no sólo el físico, sino esta forma más sutil y silenciosa que es el maltrato psicológico dentro de los matrimonios, disfrazado en forma de amor mal entendido por las dos partes y que genera tanto sufrimiento.
Acojámonos pues a las palabras del Santo Padre, intentando cada uno con su granito de arena dar luz a esas familias, a esas mujeres que se encuentran atrapadas en una realidad que no se corresponde con el verdadero amor.