El centro de Ciudad de Guatemala ha sido –otra vez—escenario de las manifestaciones populares como lo fue en 2015, pero esta vez más violentas
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Un ambiente de tensión enfrenta Guatemala. Semana decisiva en torno a la polémica desatada por los presupuestos de 2021 y la represión policiaca. Ésta, según algunos observadores, ha sido excesiva e improvisada.
El fin de semana pasado, una multitud de manifestantes llegó hasta el Congreso e incendió parcialmente la sede del poder legislativo guatemalteco. En otras partes de la capital y en diversas plazas del país, las manifestaciones fueron pacíficas.
El centro de Ciudad de Guatemala ha sido –otra vez—escenario de las manifestaciones populares como lo fue en 2015. Sin embargo, las de este año han venido aderezadas con la violencia. Al grado tal que ayer lunes la Junta Directiva del Congreso anunció que se había dado marcha atrás con los Presupuestos del Estado 2021, cosa que la oposición ha dicho que es imposible.
Las causas
El malestar social se debe a que, según la oposición y los propios manifestantes, el Presupuesto de Estado 2021 presenta recortes en sanidad, educación o derechos humanos.
Se trata algo inaceptable para muchos guatemaltecos que durante meses han sufrido la merma en sus recursos por la pandemia; y la primera quincena de noviembre sufrieron los embates de dos huracanes (Eta y Iota) que han dejado devastada a la nación.
El presupuesto aumenta el gasto del Gobierno en 25 por ciento, pero no crecen las partidas en servicios sociales ni en rubros sensibles como el de la salud. Los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes han dejado al menos 39 detenidos, entre los que figuran estudiantes, periodistas y activistas de derechos humanos.
Un hospital local atendió a 14 personas que resultaron heridas durante los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
En un comunicado la Conferencia Episcopal de Guatemala, manifestó su descontento con la aprobación del presupuesto anual para el 2021. Dijo que
“la imagen del Congreso ante la población en general, a causa de este acto irresponsable, queda sujeta a graves dudas y a condenas seguras. No favorece la gobernabilidad del país y, por el contrario, daña la paz social, tan precaria en Guatemala”.
Suspensión transitoria
Por su parte, el arzobispo de Santiago de Guatemala, Gonzalo de Villa y Vásquez lamentó que las manifestaciones pacíficas se hayan visto envueltas por elementos que buscaron –y lograron—desestabilizarlas. La represión policiaca, sin embargo, fue muy visible, incluso en donde había manifestaciones pacíficas.
El domingo, de nueva cuenta se han dado manifestaciones en el centro de la capital en las que, incluso, se ha llegado a exigir la renuncia del presidente del país, Alejandro Giammattei.
Allan Rodríguez, presidente del Congreso de Guatemala, se refirió este lunes a las razones para revertir el decreto presupuestario para 2021:
“A pesar de que hemos cumplido con nuestra función constitucional, con el fin de mantener la gobernabilidad del país y la paz social, hemos acordado suspender el proceso de ingresos y gastos del Estado para el 2021”, dijo.
El Grupo de los 13, una coalición de países que apoyan económicamente a Guatemala, incluidos Estados Unidos y el Reino Unido, ha pedido al gobierno del país que investigue las denuncias de uso excesivo de la fuerza por parte de la policía y que procese a los responsables de actos de violencia.
Te puede interesar:
Balance preliminar del paso de Iota por Centroamérica: una catástrofe total