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Este viernes compartimos, con permiso de la sor Tiama, la priora del Real Monasterio de Santa Paula de Sevilla, la receta del cabello de ángel, el dulce de cidra, publicada en un libro que merece ser reeditado: "Mermeladas y conservas del convento. Recetas del monasterio de Santa Paula de Sevilla (Libros Cupula)".
Y es que las hermanas de este monasterio sevillano, pertenecientes a la Orden de San Jerónimo, tienen un impresionante obrador donde preparan toda clase de mermeladas y conservas que, a día de hoy, se venden y envían, gracias a su tienda online, a cualquier rincón de España y Europa. Según nos comentaba Sor Marta en una agradable conversación telefónica, en Suiza hay quien está dispuesto a pagar lo que sea en gastos de envío con tal de desayunar su mermelada preferida elaborada con productos naturales y en clausura.
Gracias a Pío XII podemos degustar de unas recetas centenarias que durante años se reservaban exclusivamente a los "bienhechores" de los conventos y monasterios. En 1950, el Papa, preocupado por las penurias económicas vividas en los conventos de clausura, promulgó la Constitución Apostólica Sponsa Christi, que les permitió a las religiosas ganarse el pan con su trabajo. Hasta entonces, estas mujeres se dedicaban exclusivamente a la oración y dependían de donativos externos, lo que implicaba una situación de gran vulnerabilidad
Así, las hermanas se pusieron manos a la obra sin descuidar la oración pues, como nos cuentan, para ellas el monasterio es una escuela de servicio divino, donde se aprende a amar a Dios y a los hermanos. Con el "ora" descubren que el Señor las ha escogido para vivir en una comunidad que anticipa, de alguna manera, lo que será el Reino de Dios. Y, con el "labora" viven de su trabajo, en este caso, con la venta de sus exquisitas mermeladas caseras, cremas, gelatinas, alfajores mozárabes, mieles, turrones y otros dulces, como el de cabello de ángel.
El cabello de ángel, una gloria bendita
Se trata del dulce elaborado con las hebras de la cidra, la calabaza con motas verdes. En España el dulce de cidra es popularmente conocido como cabello de ángel, en Argentina como cayote, que suele tomarse con nueces, y en otros países de Hispanoamérica se le conoce chilacayote. Es un dulce muy preciado en la repostería. Se emplea para rellenar, entre otros postres, la famosa ensaimada mallorquina.
El dulce de calabaza es el protagonista de la "Alacena de las monjas”, una de las coplas más conocidas de Carlos Cano, fabuloso cantautor y poeta andaluz fallecido hace unos años.
Curiosamente para esta canción Cano se inspiró en el nombre de un restaurante que se encuentra en el casco histórico de su ciudad natal, Granada. En el siglo XVI "Alacena de las monjas" había sido el convento de franciscano donde las Esclavas de Santa Rita trabajaban elaborando deliciosos y aromáticos dulces para sobrevivir.
La canción recoge una bonita leyenda. A la madre superiora la Virgen María se le apareció en sueños para confesarle su divina receta, la del dulce de calabaza y así les aseguraba el éxito de sus elaboraciones.
Si quieres conocer el secreto que celosamente guardaba la madre superiora escucha esta canción
Receta del cabello de ángel
Ingredientes:
Carlos Cano enumera 6 ingredientes, entre los que incluye la oración y las habilidad de quien elabora la receta.
Medio kilo azúcar blanca
Agüita del avellano
Y al perol la calabaza
Tres Salves, y un Padrenuestro
y la gracia de tus manos..."
En la receta de las Hermanas Jerónimas encontramos tan solo 2 productos:
Preparación:
Consejo de las hermanas:
Para conservarlo se vierte directamente la mermelada en frasco esterilizados y calientes, y después de cerrarlos herméticamente se ponen a baño María durante 15 minutos.
Una vez fríos se etiquetan con la fecha de realizado, teniendo en cuenta que tiene una caducidad de dos años y se guardan en un lugar seco y oscuro.
Valor nutricional de la receta
Es importante destacar que esta deliciosa mermelada o dulce de cidra es para un consumo ocasional por su alto valor calórico; dado su elevado contenido de azúcar.
Por lo tanto, no es recomendable para personas diabéticas, sí pueden consumir la cidra en otras preparaciones; por ejemplo, añadiéndola a sopas, purés o guisos, en compotas mezcladas con otras frutas sin agregado de azúcar o sustituyendo por edulcorante.
La mermelada de cidra es ideal para untar una tostada, o pan integral y acompañar un desayuno de domingo; con yogur natural, una leche de vaca o una bebida vegetal natural o lo que más te guste.
En esta receta, la fruta utilizada es la cidra. Es una fruta cítrica, parecida al limón, pero de forma irregular y de mayor tamaño, su pulpa es agria y su corteza gruesa y carnosa.
Nos aporta vitamina C, E K y del complejo B (B1, B2, B3, B6 y B7), minerales como el potasio, magnesio, zinc.
Tiene un elevado contenido de agua, y también aporta antioxidantes.
Recuerda que no importa lo que preparares o como te quede, sino poder compartirla con alguien; comer con calma y moderación y siempre hacerla con mucho amor.
Y, si lo deseas y no tienes la gracia de las manos de las monjas, siempre puedes comprarla en su tienda on line (pincha aquí).