El papa Francisco recordó hoy la amistad especial del cardenal Jaworski y san Juan Pablo IIEl cardenal Marian Jaworski, amigo fraterno de San Juan Pablo II, quien ‘perdió hasta un brazo’ por esa amistad especial, hablando de una forma figurativa, falleció el 5 de septiembre de 2020. El papa Francisco recordó hoy esa relación entrañable.
“Fue el amigo cordial de san Juan Pablo II. Lo apoyó en las labores del ministerio episcopal y papal”. Así, el papa Francisco recordó la muerte del cardenal Jaworski, arzobispo emérito de Leópolis de los Latinos, en Ucrania, a la edad de 94 años, a través de una carta de pésame dirigida al arzobispo Marek Jadraszewski, arzobispo metropolitano de Cracovia, Polonia.
“Como filósofo y teólogo colaboró estrechamente con el Papa Benedicto XVI. Personalmente, me une la fecha del Consistorio de 2001, cuando ambos fuimos creados cardenales”.
El cardenal Jaworski estuvo con Juan Pablo II hasta el final, entregándole el sacramento de la unción de los enfermos antes de su muerte el 2 de abril de 2005, recuerda Francisco.
Una amistad para escribir libros o una película inédita sobre san Juan Pablo II. Ellos se conocieron en el otoño de 1951. Jaworski llegó a Cracovia para trabajar en su doctorado, incluso cuando Wojtyla fue nombrado obispo auxiliar en Cracovia invitó al padre Jaworski a compartir la casa juntos.
La vida los unió aun más cuando el cardenal Jaworski sufrió un accidente en 1967. Ese año, el arzobispo Wojtyla fue creado cardenal por el papa Pablo VI.
Wojtyla viajó a Roma para recibir la dignidad de cardenal, pero tenía ya fijada en su agenda presidir un retiro para los sacerdotes en la diócesis de Warmia. Entonces, le pidió a su amigo querido, Jaworski, que lo reemplazara.
Durante el viaje de Varsovia a Olsztyn el 3 de julio de 1967, ocurrió un accidente ferroviario, en el que el sacerdote Jaworski perdió su brazo izquierdo.
Después de regresar a Polonia el 11 de julio, Wojtyla fue al hospital de Dzialdowo para visitarlo y según testigos y el propio cardenal Jaworski confirmó que cuando vio al herido, lloró como un niño.
Juan Pablo II dejó en claro muchas veces que el accidente en el que el padre Jaworski perdió el brazo lo salvó de la tragedia. Wojtyla no se cansaba de repetir que su ascenso a cardenal se pagó con la sangre del arzobispo.
“Doy gracias al Señor por la vida y el ministerio apostólico de este fiel testigo del Evangelio”, escribió el papa Francisco que rememoró su vida eclesial y académica “como decano y primer rector de la Pontificia Academia de Teología de Cracovia”.
De hecho, Jaworski y Wojtyla eran filósofos y sus lazos fraternos crecieron por su afinidad intelectual. “San Juan Pablo II destacó a menudo su particular y preciosa contribución al desarrollo científico”, escribió Francisco.
Jaworski estaba unido a la historia del Papa polaco y a su iglesia local, pasó mucho tiempo en la Arquidiócesis de Cracovia, donde enseñó teología y filosofía en la universidad de Varsovia y Cracovia y Leópolis, ciudad ubicada en el oeste de Ucrania, a unos 70 kilómetros de la frontera con Polonia.
“En el corazón de quienes lo conocieron, permaneció como un hombre sumamente justo, sincero, valiente que amaba a la Iglesia. Dejó un testimonio digno de celo sacerdotal, de erudición, de fidelidad al Evangelio y de responsabilidad por la comunidad de los creyentes”, escribió Francisco en su misiva de pésame.