El Fondo John A. Sobrato y Susan Sobrato ha donado medio millón de dólares a la organización Catholic Relief Services (CRF) para los albergues de la frontera
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La crisis migratoria en la frontera de México con Estados Unidos ha dejado de estar en los titulares de los informativos. Como tantos otros temas que precisan ser atendidos, éste se ha visto opacado por la pandemia provocada por el coronavirus.
Pero la migración se ha reactivado, después de que, durante la primavera, los países cerraron sus fronteras e impidieron el tránsito de personas para evitar la propagación del virus En el verano, las cosas han cambiado. Sobre todo en la frontera suroeste de Estados Unidos con México, se vuelven a ver a cientos de personas, huyendo hacia el norte.
“A pesar de los peligros planteados por la COVID-19, la inmigración ilegal continúa”, dijo recientemente Mark Morgan, el comisionado interino de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, en una declaración reproducida por The New York Times.
Si bien es cierto que las detenciones en la frontera suroeste de EE. UU. (Arizona y California) están aún muy por debajo del millón largo de las décadas pasadas, lo cierto es que el intento por llegar a territorio estadounidense se ha reactivado.
Con una novedad: la mayor parte de los que intentan cruzar ahora no son centroamericanos, sino mexicanos. La crisis económica que golpea al país azteca, aunada a la crisis sanitaria y a la inseguridad han motivado que miles de trabajadores mexicanos vuelvan a mirar al norte. La situación es desesperada, puesto que Estados Unidos es el país número uno en muertes por el coronavirus… y México el número tres.
Nuevas estrategias
La migración de los mexicanos a Estados Unidos había bajado drásticamente en los últimos años. La mayor parte de los refugiados (muchos de ellos todavía se encuentran en albergues a lo largo de los tres mil kilómetros de frontera común, especialmente en Matamoros, Reynosa, Nuevo Laredo, Piedras Negras, Ciudad Juárez, Nogales, Mexicali y Tijuana del lado mexicano, y en centros de detención del lado estadounidense) eran centroamericanos.
Pero hoy los albergues, principalmente los asociados a la Iglesia católica, como el San Juan Bosco de Nogales (Sonora), o el del Padre Chava en Tijuana, se están llenando de mexicanos. En el pasado mes de julio, 78 por ciento de los detenidos en la frontera suroeste eran mexicanos, “principalmente hombres adultos solteros”, dijo Morgan.
El número de migrantes detenidos a lo largo de la frontera con México aumentó a 38.347 en julio de 16.162 en abril, un incremento del 137 por ciento, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.
Si bien los mexicanos huyen de la pobreza, y la inseguridad, también lo hacen porque han encontrado un resquicio en la política adoptada por Estados Unidos, conocida como Remain in Mexico (Permanecer en México) que les abre otros caminos para internarse en la Unión Americana de manera ilegal.
Al cruzar, son rápidamente devueltos a México – en ocasiones, ese mismo día – lo que les da la oportunidad de tratar de pasar “al otro lado” muchas veces, hasta que logran burlar a la patrulla fronteriza. Todo ese tiempo de intento y captura lo tienen que pasar en albergues. Y estos se están viendo desbordados.
Una donación de urgencia
Por ello resulta muy importante la reciente donación de medio millón de dólares del Fondo John A. Sobrato y Susan Sobrato otorgada a la organización Catholic Relief Services (CRF) que ayudará a miles de migrantes en México y Centroamérica a encontrar un respiro en refugios seguros de toda la región fronteriza, en ambos lados de la frontera.
Con el apoyo del Fondo Sobrato, CRS “continuará trabajando en estrecha colaboración con sus socios católicos para mejorar la seguridad, calidad y eficiencia de los refugios para migrantes en México y Centroamérica, al mismo tiempo que fortalecerá la capacidad del personal y las instituciones en primera línea”, se puede leer en un comunicado de CRS.
La subvención de Sobrato ampliará el alcance de la programación de CRS, que incluye brindar a los refugios suministros como alimentos, medicinas y otros tipos de ayudas que salvan vidas, así como financiar servicios médicos, psicológicos y de asesoría legal.
Cabe resaltar que John A. Sobrato es un desarrollador inmobiliario estadounidense y fundador de Sobrato Organization, con sede en Mountain View, una empresa de desarrollo de Silicon Valley que se especializa en bienes raíces comerciales y residenciales.
Ahora, ha decidido apoyar a CRS para que migrantes mexicanos y centroamericanos tengan una oportunidad de vida digna mientras esperan internarse a Estados Unidos o, los que lo quieren hacer de forma legal, que son la mayoría de las familias de Centroamérica, esperan en México su citatorio ante un juez de migración en condiciones de seguridad.
Para ayudar y apoyar a los migrantes en México, Centroamérica y en todo el mundo, CRS lanzó recientemente la campaña Lidera el Camino de la Migración. Sobre este importante tema, se puede obtener toda la información pertinente más información en la dirección siguiente: