El creativo método del sacerdote de Nueva York Christopher Heanue para arropar a sus feligreses y a su parroquia
La pandemia provocada por el coronavirus ha despertado, también, la inventiva de muchos sacerdotes. Tal es el caso del padre Christopher Heanue, párroco del Santo Niño Jesús, en Richmond Hill, Nueva York, una parroquia perteneciente a la diócesis de Brooklyn.
El padre Heanue, un joven de 32 años de edad y ordenado por la diócesis de Brooklyn apenas en 2015, es ya administrador y vicario parroquial del Santo Niño Jesús que se encuentra en el distrito de Queens. No se considera a sí mismo un atleta, pero con Cristo se volvió, por un día, un atleta bastante osado.
Cien millas por la esperanza
La mañana del 27 de julio, la inició celebrando la misa a las 5 de la mañana y luego emprendió un paseo en bicicleta de 160 kilómetros al que llamó “100 millas de esperanza”, para recaudar fondos y seguir con los programas de ayuda a la gente necesitada de su parroquia.
Acompañado de dos feligreses del barrio -Paul Cerni y Tom Chiafolo-, el padre Heanue se lanzó a hacer las cien millas (cada milla mide 1.609 metros) con un doble sentido: brindar esperanza y optimismo a sus parroquianos y, desde luego, recaudar fondos.
No es fácil hacer este viaje si no se tiene una buena preparación. Pero aun así, lo realizó.
El día fue muy caluroso. Los tres ciclistas salieron a las 5:45 de la mañana del barrio de Queens y llegaron a su destino, la iglesia de la Santísima Trinidad en East Hampton en Long Island, alrededor de las cuatro de la tarde: siete horas y 45 minutos pedaleando, además de las paradas obligatorias para desayunar, almorzar y beber agua.
Todo se puede con Jesús
Según confesó el sacerdote a Catholic News Service (CNS), fue una “experiencia extraordinaria”, algo que jamás había hecho (el viaje más largo que había logrado llegaba solo a la mitad de millas que tenía que recorrer ese día) en la que le acompañó, todo el tiempo un versículo de san Pablo:
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
El largo y agotador viaje fue seguido de la creación de una página de recaudación colectiva de fondos (GoFundMe) y comenzó con una meta de mil dólares que fueron recaudados rápidamente.
La subió a cinco mil dólares y en tres días llegó a esa meta. Luego a diez mil y así sucesivamente. Al 6 de agosto, había recaudado más de veinte mil dólares con su página de GoFundMe,
https://www.gofundme.com/f/100-miles-of-hope, y a través de Facebook y GiveCentral.
Una buena cosecha y un buen estímulo para que otros sacerdotes consideren métodos creativos para arropar a sus feligreses y a su parroquia.
Ora y pedalea
Mientras andaba en bicicleta en el calor y la humedad, “exhausto y sudoroso”, dijo, estaba pensando en la recaudación de fondos y luego recibió un mensaje de texto sobre una donación.
“Fue una gran inspiración para mí, y se lo mencioné a los chicos que alguien más acaba de donar”, dijo el padre Heanue a CNR.
El esfuerzo del sacerdote tenía una triple intención de oración. Mientras pedaleaba, iba orando por un niño que había perdido a su padre a causa de la Covid-19, por una pareja que estaba teniendo problemas de embarazo y una mujer que acababa de perder a su hijo por complicaciones de su embarazo.
Así que, sin ser un gran atleta, sin haber llegado a esa distancia antes, sin preparación, pero con todo el deseo de poder proveer a su parroquia de recursos (perdidos por la pandemia) recorrió “100 millas de esperanza”, recaudando fondos para una causa digna y generando oraciones para quienes las necesitan.
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Con información de Catholic News Service