Un nacimiento en Argentina más que especial -suele darse uno en 200 millones de embarazos- y en tiempos de coronavirus
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Victoria, Delfina y Julieta son genéticamente idénticas. Son trigemelas, nacidas de un embarazo monocorial triamniótico, una circunstancia que se da solo en 200 millones de embarazos. Tienen una semana de vida, y están en buen estado de salud, aunque permanecen internadas preventivamente debido a que nacieron en la semana 32 de gestación, cono poco más de un kilo y medio de peso.
Su mamá Vanina también se encuentra en perfecto estado. Estuvo acompañada durante el nacimiento por Leonel, el orgulloso papá, respetando las medidas de prevención impuestas por la pandemia en Argentina. Fue un nacimiento por cesárea, en la Clínica Ima de Adrogué, tras una serie de contracciones que Vanina había comenzado a tener con frecuencia, pese a que aún restaba más de un mes para el término.
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Vanina y Leonel supieron del embarazo de viaje por Europa, a principios de año. Ambos docentes de 35 años, se conocían desde adolescentes. Y ya estaban proyectando agrandar la familia cuando confirmaron la noticia, en el Viejo Continente, con un test marca “Baby Boom” adquirido en Polonia. Cuán “boom” era pudieron confirmarlo recién al llegar a la Argentina, el 15 de febrero.
Son sus primeras hijas, pero para el agrandamiento repentino no les faltarán ayudas. Los abuelos paternos viven en el piso de abajo, y los maternos muy cerca. Eso sí, por el momento los abuelos no pudieron conocerlas, ya que debido a la pandemia las visitas de abuelos a las neonatologías están restringidas.
Para que las niñas puedan conocer su casa restan todavía algunas semanas, pero como Vanina relató al portal Infobae, tienen una compañía especial: La Virgen de la Medalla Milagrosa. Se cruzó con ella por primera vez en Polonia, allí donde supo del embarazo. Siguió advirtiéndola cerca y notándola en su paso por Italia, y por último, llegando al sanatorio el día del nacimiento, a metros del ingreso, según contó al Portal. Es que además, a 800 metros de la Clínica está la parroquia de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, de Adrogué.
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Las posibles complicaciones para un embarazo de estas características eran latentes: que las niñas nazcan mucho antes y con mayor riesgo de supervivencia, que Vanina tenga que pasar gran parte del embarazo en reposo, que alguna de las niñas presente alguna complicación… Pero hasta el momento, todo fue una gracia.
En sus apariciones a Catalina Labouré la Medalla Milagrosa le reveló que los rayos que salían de sus anillos eran las gracias que obtenía para quienes le pedían, pero había algunos que no proyectaban luz. Eran gracias disponibles que nadie pedía.
La Medalla Milagrosa se le presentó a quien es hoy Santa Catalina en años de zozobra mundial, tiempos de pobreza y guerras. Hoy, 200 años después, poco parece haber cambiado en el mundo. Y ella sigue igualmente atenta y vigente, cuidando y concediendo gracias a quienes le piden.
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