En el país más laico de América Latina, este Monumento al Fútbol Mundial que tiene más 90 años acogió a lo largo de su rica historia algunos eventos religiosos. Esto sucedió en tres ocasiones: el Congreso Eucarístico de 1938, el Año Mariano de 1954 y la visita del papa Juan Pablo II en 1988. Pero en mayo de 2023 también será testigo de la primera beatificación (monseñor Jacinto Vera) en tierra uruguaya
La tarde del 18 de julio de 1930 no fue una más en Uruguay. En todo país se vivió con gran expectativa. Ese día se inauguraba en la capital Montevideo el Estadio Centenario (nombre que hace referencia a los 100 años de la jura de la Constitución de 1830) con el partido entre la selección uruguaya de fútbol y la de Perú por la Copa del Mundo.
Desde ese momento –con el triunfo de los locales 1 a 0- se comenzó a tejer la leyenda de este famoso escenario deportivo -el único Monumento al Fútbol Mundial declarado por la FIFA en la actualidad- y testigo de Uruguay campeón el 30 de julio de ese año en la primera final del mundo contra Argentina.
Es que el fútbol históricamente ha sido la gran vidriera al mundo de este pequeño país sudamericano con poco más de 3.500.000 habitantes. Para muchos también «la religión oficial de Uruguay» desde que la Iglesia católica se separó del Estado hace 100 años y llegando a ser reconocido como uno de los países más laicos de América Latina.
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Sin embargo, las luces del estadio –o la inconfundible Torre de los Homenajes que mucho tiene que ver con historias de inmigrantes- también conocen de historia de fe, de jugadores que atravesaron el umbral de la fama y que guardaban un secreto, muchas veces hecho público: su mirada al cielo y agradecimiento a Dios en los momentos más importantes de sus vidas.
Un claro ejemplo, muy cercano en el tiempo, es el del extécnico de la selección uruguaya Jorge Fossati, recordado por sus gestos y devoción a la Virgen de Lourdes.
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Pero el Centenario esconde otros secretos, más allá de lo deportivo, pues en medio de toda la pasión –aunque parezca mentira- también supo ser «templo de Dios» en algunos momentos de su historia.
Empieza el partido, ¡acción!
Walter Elías Chango Rondeau ha sido un joven uruguayo destacado por su trabajo y honradez. Nacido el 1 de noviembre de 1921, también se ha distinguido desde niño por su gran amor a la eucaristía.
Precisamente, este cariño lo llevó a tener de alguna manera un rol protagónico en el Congreso Eucarístico Nacional de 1938 (el tercero) que se desarrolló entre el 1 y 6 de noviembre y que tuvo curiosamente al Estadio Centenario como escenario de alguna de sus celebraciones.
Este evento religioso se dio además como respuesta de la Iglesia de la necesidad de marcar mayor presencia a nivel público junto al empuje de la denominada Acción Católica y el rol fundamental de los laicos.
El congreso sucedió durante el pontificado de Pío XI y con Juan Francisco Aragone como arzobispo de Montevideo (el coadjutor en aquel momento era el fraile capuchino Antonio María Barbieri, quien luego sería el primer cardenal uruguayo). Participaron, además de delegaciones extranjeras, por ejemplo, muchos niños de diversas instituciones educativas -quienes llenaron de tono blanco al mítico Centenario para recibir la Primera Comunión- que por primera vez era «templo de Dios».
Walter trabajó de manera incansable en la preparación de aquel congreso –recuerda una nota de la Conferencia Episcopal del Uruguay– e incluso se indica que reprodujo con sus propias manos el logotipo del evento para repartirlo entre los vecinos y para que lo pudieran colocar en las puertas de sus viviendas. Walter contrajo tuberculosis y murió en 1939. Actualmente, es Siervo de Dios. La declaración «Nihil obstat» llegó el 3 de noviembre de 2001.
María, ¡la capitana!
El primer año mariano, tiempo dedicado a la Virgen, fue convocado por el papa Pío XII por primera vez entre 1953 y 1954. El motivo, en aquel momento, tenía que ver con el centenario del Dogma de la Inmaculada Concepción (Pío IX).
En ese período de tiempo, del Año Mariano de 1954, también hubo una instancia donde muchos niños recibieron la primera comunión en el Estadio Centenario, tal cual recuerda el papa Juan Pablo II en su homilía del 7 de mayo de 1988 (hace referencia a esto en dos ocasiones durante su mensaje).
En cuanto a aquel año particular, incluso está latente el recuerdo de un radiomensaje del papa Pío XII dirigido al congreso mariano arhidiocesano de Montevideo el 12 de octubre de 1954 durante la clausura, en el marco de aquel marco año universal.
«¡Volved, sí, volved, hijos amadísimos, los ojos y los corazones a esta Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; volvedlos principalmente en este misterio de su Inmaculada Concepción, de cuya proclamación dogmática estamos conmemorando el centenario», decía en aquella ocasión.
«La Virgen Santísima ama especialmente a vuestra patria, hijos queridísimos, como también singularmente la amó aquel insigne Predecesor Nuestro, que tuvo la gloria de proclamar su Concepción Inmaculada; y si habéis comenzado la gran Misión preparatoria del Congreso en la Parroquia de la Medalla Milagrosa, ha sido para recordar que el mismo día 18 de Julio de 1830, en que se juraba vuestra Constitución, se aparecía Ella benignamente a su predilecta hija, Santa Catalina Labouré», decía en otro pasaje.
Virgen de los Treinta y Tres, patrona de Uruguay
¡Otro gol de Juan Pablo II! Match liquidado (?)
El papa Juan Pablo II fue el primero en asistir a un partido de fútbol (lo hizo en el marco del Jubileo de los Deportistas de 2000 para un homenaje y partido amistoso otorgado entre la selección italiana y una representación de jugadores extranjeros que jugaban en ese país). Pero Juan Pablo II también fue el primero en visitar el mítico Centenario:
«He vuelto al Uruguay para compartir con vosotros el gozo de sentirnos miembros del único Pueblo de Dios, para orar juntos, para celebrar comunitariamente nuestra fe, y meditar en común el mensaje de Jesús. Sé que en este estadio ‘Centenario’, donde han tenido lugar memorables eventos deportivos, recibieron hace cincuenta años la primera Comunión miles de niños uruguayos en el marco del Congreso Eucarístico de 1938. Más tarde, durante el Año Mariano de 1954, los niños volvieron a ser protagonistas de un magno encuentro en este mismo estadio, recibiendo igualmente su primera Comunión. Los obispos uruguayos, deseosos de recordar aquellos acontecimientos históricos, y en este Año Mariano que celebra la Iglesia universal, han querido proclamar un Año Eucarístico. ¡La Iglesia entera en vuestro país va a vibrar de amor a Jesucristo en la Eucaristía, e invita a todos a reforzar los lazos de hermandad para que el Uruguay sea una nación pacífica, fraterna y acogedora!», decía durante la recordada homilía del 7 de mayo de 1988, instancia que representó su segunda visita a Uruguay y con un marco de público verdaderamente extraordinario para celebrar una misa multitudinaria, momento donde también impartió la bendición con el Santísimo Sacramento. Más que nunca, aquella vez, el Centenario fue «templo de Dios».
Dos días más tarde, desde el Aeropuerto Internacional de Carrasco, Juan Pablo II se despediría del país con un elocuente: «¡Uruguay, que seas muy feliz en el camino de tu nueva historia!». Otro golazo del ahora santo. Fue la última vez que un Papa visitó Uruguay.
Y cuando todo parecía liquidado, ¡tiempo extra!
¿Volverá algún Papa al Centenario? ¿Albergará alguna otra ceremonia religiosa? ¿Algún otro Congreso Eucarístico? ¿En lo deportivo, una nueva final de la Copa del Mundo? Las preguntas podrían continuar.
Sin embargo, cuando todo parecía liquidado en cuanto al Centenario como «templo de Dios» en el país donde el fútbol es casi sinónimo de religión, el 3 de marzo de 2023 se confirmó a través de una rueda de prensa que la famosa tribuna Olímpica (donde está la icónica imagen de la Torre de los Homenajes) de ese estadio será testigo de la beatificación de monseñor Jacinto Vera (cura «gaucho y misionero», el primer obispo de Uruguay), nada más ni nada menos que la primera celebración de este tipo en tierra uruguaya que tendrá lugar el 6 de mayo.
Mientras tanto, una vez más algunas imágenes del mítico Centenario de la mano de una sorpresa que alegra a los devotos en Uruguay:
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