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¿Sabes qué es un parque de la tranquilidad?

QUIET PARK
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Maria José Fuenteálamo - publicado el 15/07/20
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El exceso de ruido causa problemas de salud como ansiedad y problemas de sueño

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¡Ay, el silencio!. Parece que no existe, a veces nos da miedo, casi como la oscuridad, pero cuando aprendemos a disfrutarlo… llega la paz, la tranquilidad.

La pandemia y el confinamiento han hecho que muchas ciudades se paren: los aviones dejaron de volar, millones y millones de coches de circular y por primera vez en nuestras vidas vimos ciudades vacías, silenciadas del ruido de las máquinas. Y mucha gente volvió a escuchar el canto de los pájaros sobre limpio –sin el ambiente bullicioso del tráfico-. O el sonido de tus propios pasos en una calle sin gente.

En las ciudades confinadas, al ralentí, la presión acústica disminuyó, por lo que creció la llamada percepción sonora natural. La de las ramas de los árboles, el propio viento…

Y precisamente perpetuar esa idea, la de nuestra cercanía acústica con la naturaleza, es uno de los objetivos de Gordon Hempton. Es ecologista acústico y apadrina un proyecto para crear una red mundial de parques urbanos del silencio. Como esos vagones de tren en los que te comprometes a no hablar por el móvil o hacerlo muy bajito para mantener la calma, pero en plena ciudad. Como estar en el campo, casi solo pero en la city. Y ya hay varios parques que se han sumado a su iniciativa alrededor del planeta. El título del proyecto en inglés es Quiet Parks International. Recuerda nuestro ecologista que nos hemos acostumbrado a vivir rodeados de ruido, contaminados acústicamente y que eso, por cierto, afecta a nuestra salud.

Por eso él aboga por recuperar el silencio y disfrutarlo. Él ha dado la vuelta al mundo buscando esos rincones de paz acústica. De Estados Unidos a España con parada en el parque de Doñana.

Y si la idea de crear una red de parques en silencio les parece complicada, sepan que ya hay uno en Taiwán.  Es el Parque Nacional Yangmingshan. Pero, ¿cómo funciona? Pues para preservar la tranquilidad los visitantes sólo pueden hablar en voz baja. Como en una biblioteca.

Y en Europa, cinco parques de Estocolmo ya están preparados para recibir su certificación de silenciosos. Los suecos, que van por delante. Ulf Bohman, director ejecutivo de Quiet Parks International,  define la idea de parque silencioso. Recuerda que no se trata de un silencio total, sino “de un parque con sonidos naturales, en los que estos mandan sobre los sonidos de la ciudad”. En definitiva, como llevarse el campo a la ciudad. Y no sólo con la vista, por el césped, el agua, o los árboles. También en lo auditivo.

Los ecologistas del silencio recuerdan que todos deberíamos tener acceso a lugares que inviten a quietud, que estén exentos de sonidos artificiales. Y es que millones de personas sufren en el planeta los efectos de la contaminación acústica. Imaginen cualquier ciudad frenética, con su tráfico y sus obras. Pues bien, se calcula que el exceso de ruido puede traer problemas de corazón, trastorno de sueño, ansiedad, estrés y en los niños, problemas de desarrollo cognitivo.

Desde Ecologistas en Acción recuerdan que “la población expuesta a un nivel de ruido por encima de los 65 decibelios desarrolla a corto plazo un índice superior en un 20% de ataques cardíacos”, según un estudio de la Agencia Federal Alemana de Medio Ambiente.

Además, señalan que “los niños y los ancianos son más sensibles a los ruidos que perturban su sueño, aunque su reacción no es la misma: mientras los ancianos son más propensos a despertarse debido a la ligereza de su sueño, ambos grupos mostraron alteraciones vitales debido al ruido, aun durmiendo a pierna suelta: alteraciones del pulso, vasoconstricción…”, según experimentos del Centro de Estudios Bioclimáticos de Francia.

Frente a los ruidos y sus consecuencias, el movimiento quiet sigue los pasos de los movimientos slow: slow tourism, slow food… y al final, viene a ser lo mismo, slow audio.

 



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