Leticia Soberón es psicóloga, doctora en Comunicación, miembro del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede y asesora en inteligencia colectiva nos ofrece algunos consejos desde su experiencia profesional y personal para vivir mejor este confinamiento.
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Antes de responder con las recomendaciones desde Madrid, una de las ciudades más golpeadas en España por el COVID_19, la doctora Leticia Soberón puntualiza que “los espacios que antes marcaban nuestra actividad, foco y relaciones humanas, se han reducido a uno solo”.
En efecto, “ya no son los espacios los que van canalizando nuestro día (casa-calle-trabajo-espacio público-casas de amigos-, etc.), sino que somos nosotros mismos quienes debemos fijar el ritmo de nuestras distintas actividades y ámbitos de relación humana dentro del mismo espacio: casa-casa, casa-trabajo, casa-escuela, casa-bar, casa-deportivo, casa-cine, casa-oratorio…
Para regular bien los tiempos y foco de nuestros días, es más importante que nunca tener presentes los 4 ámbitos antropológicos de la vida humana, señala:
1. El más próximo a nosotros: intimidad individual, cuando estamos en soledad personal.
2. El siguiente: intimidad compartida, con pareja/hijos/personas con quienes convivimos.
3. Más amplio: familia extendida, equipo de trabajo, grupos de referencia, comunidad.
4. Y el marco social: ciudadanía, en la que participamos de lo público en alguna medida.
Con el confinamiento, la intimidad individual está bastante reducida en muchas casas pequeñas (siempre estamos con alguien, solos quizá solo en el cuarto de baño), las de intimidad compartida se intensifican al estar 24h/24 en el mismo lugar, y las relaciones de grupo amplio están mediadas por pantalla. La ciudadanía es virtual.
A partir de aquí, algunas medidas son de sentido común que nos sugiera esta psicóloga y doctora en Ciencias Sociales por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma:
Orden
Orden en cosas y tiempos, separando los momentos/foco/relaciones humanas de manera adecuada en todo lo posible.
Interioridad
Conservar y cultivar la espiritualidad y el encuentro con uno mismo. Sea en la clave que sea, necesitamos nuestra propia serenidad y fuerza interior para sostener el confinamiento, y eso no se consigue sólo distrayéndose o entreteniéndose, sino antes que eso conectando con nuestra interioridad, ojalá en soledad y silencio algún rato al día.
Es importante para procesar lo que se vive, ver nuestra propia vida con perspectiva, serenar la respiración, retomar el propio centro. Con o sin vivencia de Dios, es importante. Si se tiene fe, es imprescindible conectar con la fuente del Amor.
Cuidado físico
Hacer ejercicio y no abandonarse físicamente, manteniendo higiene y arreglo personal al menos básico.
Consumo informativo razonable
Graduar la dieta informativa. Saber lo necesario, sí; infoxicarnos, no. No solo preferir información de calidad, sino graduar su cantidad. Des-obsesionarnos de las pantallas, sobre todo las de información sobre datos del coronavirus que nos agobian.
Análisis de la situación
Hablar de nuestros miedos, lo justo. Tenemos que sacar fuera nuestro temor al futuro, lo que se nos viene encima, pero sin que eso nos quite vivir el día a día ni nos obsesione.
Alegría
Reír y divertirse, imprescindible para sobrellevar el confinamiento. Con hobbies o actividades lúdicas, ojalá compartidas, porque reír juntos, une mucho.