Miles de pobladores de áreas urbanas del Paraguay viven del empleo informal y se han quedado sin sustento por la cuarentena sanitaria por el coronavirus. La solidaridad surge como un bálsamo de esperanza, cuando la asistencia del Estado no llega.Paraguay cumple un mes desde la aplicación de las primeras medidas sanitarias en la lucha contra el coronavirus. Las autoridades del Ministerio de Salud destacan el lento avance de los contagios de Covid-19 y la cuarentena sanitaria se extenderá hasta el próximo 19 de abril. Pero, aunque los resultados sanitarios son alentadores, el hambre golpea las puertas de miles de ciudadanos.
Para muchos ciudadanos comer una vez al día se ha hecho rutina y es ahí donde la solidaridad cobre fuerza. Norma Espínola, pobladora del Bañado Norte, Asunción, es una de las encargadas de las “ollas populares” en su comunidad.
La mujer explicó a Aleteia que el 65% de los pobladores de esta zona se dedican al reciclaje, la caranchería u otros trabajos que se pagan por día, por lo que el paro de actividades afecta duramente a sus economías.
“Nosotros tenemos una comisión vecinal y muchos vecinos se acercaban a pedir ayuda. Por ello, decidimos hacer las ollas populares. Los propios habitantes de la zona aportan lo poco que tienen”, refirió.
La pobladora de uno de los barrios más pobres de Asunción, relató que preparan al menos unos 500 platos por día. Dijo que priorizan la alimentación de niños y ancianos ya que no cuentan con la capacidad suficientes de alimentar a todos.
“Vemos que mucha gente depende de nosotros para comer y hay veces en que nos desesperamos”, expresó la mujer evidenciando su preocupación.
Según el último censo, unas 100.000 personas, del total de 515.587 habitantes que tiene Asunción, capital del Paraguay, viven en los bañados, de barrios humildes situados a orillas del río Paraguay.
Solidaridad ante la ausencia del Estado
Los comedores solidarios, las ollas populares y la entrega de víveres por parte de ciudadanos a las zonas más vulnerables de sus comunidades, se multiplican en el país ante la lenta respuesta del Estado.
El Gobierno paraguayo anunció el desembolso de un subsidio de G. 500.000 (71 €) para unas 350.000 familias pobres damnificadas por el coronavirus y otra partida para 1.500.000 trabajadores independientes, informales y cuentapropistas.
La primera etapa de desembolso de dinero no alcanza siquiera al 50% de los beneficiarios, a un mes del inicio de las medidas sanitarias.
Norma Espínola, comentó que dentro de las comunidades más pobres existe expectativa por la ayuda estatal pero hasta que esta no llegue, deberán apelar a la solidaridad para tener le pan sobre la mesa.
Comedores solidarios en parroquias
La Pastoral Social Arquidiocesana lleva adelante diversos comedores parroquiales en el Departamento Central, en el marco de la campaña un “Plato en tu familia Paraguay”. La actividad se sostiene gracias a los aportes solidarios de la ciudadanía.
En total son 15 los comedores solidarios que fueron improvisados en parroquias y la entrega de los alimentos se da en el modo de viandas, de modo a evitar la aglomeración de personas que forma parte de la prevención de contagios del Covid-19.
La entrega de alimentos se intensifica en las zonas de los bañados Norte y Sur, y otras comunidades de Limpio, Areguá y Luque. Los comedores solidarios preparan a diario unos 4.500 platos de alimentos.
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Los casos de coronavirus en Paraguay superaron los 150. Además, ya eran siete las personas fallecidas por esta enfermedad.
El pasado 11 de mayo, el Gobierno de Mario Abdo Benítez, inició la aplicación de las primeras medidas sanitarias, a solo dos días de confirmarse el primer caso de Covid-19.
La cuarentena sanitaria busca que el Estado gane tiempo para fortalecer su sistema sanitario, de modo a evitar la muerte de pacientes graves ante un posible avance descontrolado de los contagios de coronavirus.
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