Unas horas después de que la justicia australiana anulara la condena, el Papa reza por las personas que sufren sentencias injustas.
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La Santa Sede reafirmó hoy que siempre ha “confiado en la autoridad judicial australiana“, y “acoge con satisfacción la sentencia unánime dictada por el Tribunal Supremo en favor del cardenal George Pell“.
La reacción vaticana llegó luego de que la Justicia australiana anulara la condena del cardenal Pell por abuso sexual contra dos menores y el papa Francisco rezara hoy por las personas que sufren sentencias injustas, al inicio de su homilía en Casa Santa Marta este martes de Semana Santa.
El Tribunal Superior de Australia absolvió al purpurado, que cumplía una condena de seis años por abuso de menores, revocando el fallo del Tribunal de Apelaciones emitido en agosto del año pasado que confirmaba la decisión del Tribunal de Melbourne de diciembre de 2018.
El cardenal de 78 años, ahora está libre tras 400 días en la cárcel: dejó la prisión de Barwon para ir a una institución religiosa en Melbourne.
“El cardenal Pell – al someter su caso a la magistratura – defendió siempre su inocencia, atendiendo que la verdad fuera acertada”, se lee en el comunicado. “La Santa Sede se vale de esta ocasión para reafirmar su compromiso en la prevención y persecución de cualquier tipo de abuso a menores“.
El Papa reza por ensañamiento contra inocentes
En la misa de Santa Marta, el Papa recordó la persecución sufrida por Jesús y rezó por los que sufren ensañamiento, persecución y sentencias injustas.
Este martes de Semana Santa, al principio de su misa matutina, se leyó la antífona (Sal 26): “No me entregues al poder de mis enemigos; se han levantado contra de mí falsos testigos, gente que respira violencia”.
Luego Francisco dirigió sus pensamientos hacia los inocentes perseguidos: “En estos días de Cuaresma hemos visto la persecución que sufrió Jesús y cómo los doctores de la ley fueron feroces contra él: fue juzgado con ensañamiento, con ensañamiento, siendo inocente. Me gustaría rezar hoy por todas las personas que sufren un juicio injusto por el ensañamiento”.
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El papa Francisco reza por los inocentes que sufren sentencias injustas
Los siete jueces del Tribunal Superior de Australia revocaron la sentencia del Tribunal de Apelación, que había condenado al cardenal Pell por abuso de menores, ya que existe una posibilidad razonable de que el delito no haya ocurrido: la culpabilidad del cardenal no se había demostrado “más allá de toda duda razonable” y la “duda razonable” seguía existiendo.
La “presunción de inocencia”
El Papa que estableció normas anti-abusos para el Estado del Vaticano y la curia. En ellas – indicó – hay que garantizar siempre la “presunción de inocencia” y, si los delitos pueden ser reiterados, se prevé la aplicación de medidas cautelares. Si las acusaciones son infundadas, serán archivadas, pero conservadas.
Ahora, el Papa podrá rehabilitar al cardenal australiano de 78 años, que había sido destituido de sus cargos en el Vaticano, sin tocar sus títulos eclesiásticos, transferido a Roma en 2014 para ayudar a sanear las finanzas de la Santa Sede. Sin embargo, es posible que no regrese a la ciudad eterna debido a su edad, pues luego de los 75 años, los obispos y los altos prelados entregan su carta de renuncia al pontífice.
Francisco había impuesto “medidas de precaución” contra el cardenal Pell, dictadas en el momento del regreso del alto prelado a Australia acusado en junio de 2017, es decir, “la prohibición del ejercicio público del ministerio y la prohibición de tener contacto de cualquier tipo y forma con menores”. A la luz de los hechos, probablemente sean retiradas en poco tiempo.
Luego del veredicto unánime, el cardenal Pell reiteró que la injusticia que había recibido ya estaba curada. Dirigiéndose a la persona que lo acusó de algo que sucedió en los 90, en ese momento un monaguillo de la catedral de Melbourne, el cardenal dijo que no tenía ningún resentimiento.
Así que esperaba que su absolución no añadiera más dolor. La base para la curación a largo plazo, sostuvo, es la verdad y la única base para la justicia es la verdad, porque la justicia significa la verdad para todos.
“Duda razonable” en las acusaciones
Pell, que era tercero en el mando en el Vaticano, fue declarado culpable de abusar de dos coristas de trece años de edad en 1996, en una habitación de la parte trasera de la catedral de San Patricio en Melbourne, al final de una procesión que concluía la misa celebrada por el entonces arzobispo, y de agredir a uno de los chicos un mes después en un pasillo.
La defensa del cardenal australiano se basó en el hecho de que no tuvo tiempo de cometer el abuso, especialmente en la sacristía de una iglesia que todavía estaba llena de personas.
El abogado de Pell había señalado que la acusación era “improbable” porque solo desquiciado se comportaría así en un lugar público. Así, era la palabra del acusador, uno de los dos chicos de entonces, contra la del purpurado. Para el Tribunal Supremo, las declaraciones de los otros testigos fueron incongruentes.
El entonces Arzobispo también solía saludar a los feligreses delante de la catedral, al final de la celebración eucarística, durante media hora, casi el mismo tiempo en el que, según la acusación, había llevado a cabo el acoso en la sacristía.
Al final, el Tribunal Superior sostuvo que era “significativa la posibilidad de haber condenado a un inocente, porque las pruebas no satisfacían el nivel de verificación necesaria”.
Limpiar el buen nombre de quien fuera acusado injustamente
Ante los recientes acontecimientos, la Congregación para la Doctrina de la Fe con los resultados del proceso y la conclusión definitiva de todos los niveles judiciales se ocupará del caso Pell para reincorporarlo y reafirmar su buen nombre.
Precisamente, en marzo de 2019, Francisco firmó un “motu proprio” sobre la protección de los menores y de los adultos vulnerables en el que estableció nuevas normas penales anti-abusos sexuales para el Estado de la Ciudad del Vaticano y la Curia romana, incluidos los nuncios apostólicos. Precisamente, indicaba “que se haga todo lo posible para limpiar el nombre de quien haya sido acusado injustamente».
Francisco insistía que se garantice “a los imputados el derecho a un proceso equitativo e imparcial, en el respeto de la presunción de inocencia, además de los principios de legalidad y de proporcionalidad entre el delito y la pena que se destituya de sus encargos al condenado por haber abusado de un menor o de una persona vulnerable y, al mismo tiempo, que se le ofrezca un apoyo adecuado para la rehabilitación psicológica y espiritual, incluso con vistas a su reinserción social”.
Nuevos desencuentros
Tras la anulación de la condena del cardenal Pell, en nombre de la Conferencia Episcopal Australiana, su Presidente, el arzobispo Mark Coleridge, reconoció que la decisión del Tribunal Supremo será bien recibida por quienes creen en la inocencia del cardenal, mientras que será devastadora para otros.
Por consiguiente, reiteró el compromiso inquebrantable de la Iglesia para proteger a los menores y para dar una respuesta eficaz a los supervivientes y las víctimas de abuso sexual infantil.
La Santa Sede en diversas declaraciones ha confirmado constantemente su cercanía a las víctimas de abusos sexuales y su compromiso, a través de las autoridades eclesiásticas competentes, de perseguir a los miembros del clero responsables.
El arzobispo Anthony Fisher de Sydney pidió al país una reflexión profunda de nuestro sistema de justicia. El arzobispo acogió con satisfacción la absolución del cardenal y agradeció a los jueces por su “meticulosa revisión de los hechos” que motivaron la absolución. Pero añadió: “Esto no sólo fue un juicio para el cardenal Pell, sino también para nuestro sistema legal y nuestra cultura”.
Algo de la historia de Pell
Por último, el cardenal Pell agradeció a sus abogados y a todos los que rezaron por él y lo ayudaron y consolaron en este difícil momento. El alto prelado en su país y fuera, ha tenido un grupo de fuertes seguidores y defensores de su inocencia.
Pell había sido nombrado Obispo auxiliar en la Arquidiócesis de Melbourne en 1987, convirtiéndose en Arzobispo Metropolitano de la ciudad en 1996. En abril de 2013, el papa Francisco lo había nombrado miembro del Consejo de Cardenales y, en febrero de 2014, Prefecto de la recién creada Secretaría para la Economía.
A finales de junio de 2017, después de dos años de investigaciones en Australia, había sido acusado formalmente de varios cargos por “crímenes históricos de violencia sexual” en dos casos separados. Antes del veredicto de hoy, el cardenal debía pasar 3 años y medio en la cárcel de un total de seis años establecidos por la sentencia precedente por el Tribunal de apelación de Victoria.
[Última actualización: martes 7 de abril de 2020, 13:30 hora de Roma]