separateurCreated with Sketch.

Superó el bullying y ahora es influencer en Tik Tok

SONRIE AUNQUE TE CUESTE
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Dolors Massot - publicado el 14/03/20
whatsappfacebooktwitter-xemailnative

Ángela Mármol padeció el acoso en la escuela. Hoy cuenta cómo lo superó. “Mi historia comenzó con el divorcio de mis padres, o quizás un poquito antes”. Para Ángela, la vida en casa se hizo difícil ya antes de cumplir los 5 años. Recuerda que “cuando mis padres discutían, mi hermano me llevaba a su habitación para jugar a la PlayStation y así con los disparos del vídeojuego no oíamos nada”.

Con el divorcio, se produjo una situación peor: durante un mes faltó al colegio porque estuvo continuamente en juicios.

Inseguridad familiar

Ángela se quedó con su madre, pero a pesar de los muchos esfuerzos que hacía esta para que su hija estuviera bien atendida, no estaba claro ni siquiera que cada noche pudieran dormir bajo techo. “En un año hicimos 7 mudanzas”.

Esta chica es inteligente y se daba cuenta de todo lo que ocurría a su alrededor. En el colegio comenzaron a prescindir de ella sus amigas y amigos. Le hicieron el vacío, las madres no querían que sus hijos se relacionaran con ella.

Un vacío alrededor

En Google +, una red social que en aquella época funcionaba, dejaron de seguirla y comenzaron a seguir a una muchacha que era todo lo que ella soñaba con ser: rubia de ojos azules, con sus mismas aficiones… Poco después se enteró de que el perfil era falso. Solo lo hacían para mostrar desprecio hacia ella.

Ángela sufría en silencio. No quería añadir más dolor a las preocupaciones que asfixiaban a su madre.

Hasta el límite

Un episodio que la marcó fue el día en que las “amigas” le obligaron a darle un beso a un chico, en una encerrona. Por suerte, ella era deportista y tuvo fuerza para zafarse. Pero aquel mal recuerdo sigue doliéndole.

Quién es el culpable

Ángela cuenta que en su historia de bullying no existe un solo culpable sino un cúmulo de personas que son culpables, o bien por lo que hacen o bien por lo que dejan que otros hagan o bien porque impulsan a otros a cometer bullying. En su caso, incluso había una líder de la clase que animaba a los demás a que se cebaran en ella.

Por suerte, hoy Ángela cuenta cómo se acabó el bullying. Ha podido hacerlo en un libro, “Sonríe aunque te cueste” (Ed. Libros Cúpula).

SONRIE AUNQUE TE CUESTE

Cúpula
Portada del libro donde Ángela Mármol cuenta su experiencia.

La importancia de tener buenos referentes

“Ahora me doy cuenta de lo importante que es, en algunos momentos de la vida, tener buenos referentes. Fijarte en personas sanas, reales, buenas, y desear parecerte a ellas”.

En su caso, fue Beth, una chica mayor que ella, que hacía gimnasia como Ángela. “Me gustaba todo de ella: su pelo, su sonrisa, su forma de tratar a los demás…”, recuerda.

La experiencia de Ángela se complicó con problemas de salud provocados por el bullying. Su cuerpo trataba de defenderse.

Ahora, con perspectiva, cuenta qué le ayudó a superar aquel infierno:

Confiar en alguien.

Sus amigos, una psicóloga infantil y, por supuesto, su madre.

Contarlo.

En su caso, tuvo que ser un amigo, Joel, quien le dio un ultimátum para que fuera sincera con su madre: “O se lo dices tú o se lo digo yo”.

Cambiar de ambiente.

Ángela cambió de instituto y a partir de ahí “mi camino empezó a brillar”.

Cambiar de ambiente.

“Cuando nos han herido dejamos de confiar en los demás. Lo hacemos para protegernos. Para evitar que nos hagan daño”. Pero la realidad le demostró que mucha gente la quería, comenzando ahora por una profesora llamada Anna y por los nuevos amigos del instituto.

Seguir siendo sincero, no solo la primera vez.

Ángela sufrió acoso sexual por Instagram por parte de un chico y no se atrevía a contárselo a su madre. Por fin lo hizo a través de su profesora y el caso acabó en denuncia.

Ser uno mismo: aceptar que no vas a caer bien a todo el mundo, que tú tienes valía y que existen personas que te van a querer. “¡Luchad por ello!”, dice ahora Ángela.

¿Por qué el libro se titula “Sonríe aunque te cueste”?

Por que el arma definitiva, para Ángela, es ahora sonreír. “A veces -explica- la gente confunde el significado de una sonrisa con la superficialidad. Pues no. Una sonrisa no significa que tu vida sea perfecta o que no te enteres de nada”. Su objetivo va más allá y es lo que propone a quienes lean su historia: “Mirad el lado bueno de las cosas y contagiad vuestra alegría a los demás”.

Ángela tiene hoy más de 2 millones de seguidores en Tik Tok.


CORONAVIRUS
Te puede interesar:
Una médico ante el coronavirus: “Ojalá permanezcamos en casa por amor y no por miedo”


LEIRE NAVARIDAS
Te puede interesar:
“Conseguí sanar mis abortos y salvar mi maternidad”



Te puede interesar:
Su hijo fue asesinado por ETA: “Soy madre y no puedo transmitir odio”


BOSCO GUTIERREZ CORTINA
Te puede interesar:
Bosco Gutiérrez: 30 años del secuestro que “me hizo retomar el control de mi vida”

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.