Ángela Mármol padeció el acoso en la escuela. Hoy cuenta cómo lo superó. “Mi historia comenzó con el divorcio de mis padres, o quizás un poquito antes”. Para Ángela, la vida en casa se hizo difícil ya antes de cumplir los 5 años. Recuerda que “cuando mis padres discutían, mi hermano me llevaba a su habitación para jugar a la PlayStation y así con los disparos del vídeojuego no oíamos nada”.
Con el divorcio, se produjo una situación peor: durante un mes faltó al colegio porque estuvo continuamente en juicios.
Inseguridad familiar
Ángela se quedó con su madre, pero a pesar de los muchos esfuerzos que hacía esta para que su hija estuviera bien atendida, no estaba claro ni siquiera que cada noche pudieran dormir bajo techo. “En un año hicimos 7 mudanzas”.
Esta chica es inteligente y se daba cuenta de todo lo que ocurría a su alrededor. En el colegio comenzaron a prescindir de ella sus amigas y amigos. Le hicieron el vacío, las madres no querían que sus hijos se relacionaran con ella.
Un vacío alrededor
En Google +, una red social que en aquella época funcionaba, dejaron de seguirla y comenzaron a seguir a una muchacha que era todo lo que ella soñaba con ser: rubia de ojos azules, con sus mismas aficiones… Poco después se enteró de que el perfil era falso. Solo lo hacían para mostrar desprecio hacia ella.
Ángela sufría en silencio. No quería añadir más dolor a las preocupaciones que asfixiaban a su madre.
Hasta el límite
Un episodio que la marcó fue el día en que las “amigas” le obligaron a darle un beso a un chico, en una encerrona. Por suerte, ella era deportista y tuvo fuerza para zafarse. Pero aquel mal recuerdo sigue doliéndole.
Quién es el culpable
Ángela cuenta que en su historia de bullying no existe un solo culpable sino un cúmulo de personas que son culpables, o bien por lo que hacen o bien por lo que dejan que otros hagan o bien porque impulsan a otros a cometer bullying. En su caso, incluso había una líder de la clase que animaba a los demás a que se cebaran en ella.
Por suerte, hoy Ángela cuenta cómo se acabó el bullying. Ha podido hacerlo en un libro, “Sonríe aunque te cueste” (Ed. Libros Cúpula).
La importancia de tener buenos referentes
“Ahora me doy cuenta de lo importante que es, en algunos momentos de la vida, tener buenos referentes. Fijarte en personas sanas, reales, buenas, y desear parecerte a ellas”.
En su caso, fue Beth, una chica mayor que ella, que hacía gimnasia como Ángela. “Me gustaba todo de ella: su pelo, su sonrisa, su forma de tratar a los demás…”, recuerda.
La experiencia de Ángela se complicó con problemas de salud provocados por el bullying. Su cuerpo trataba de defenderse.
Ahora, con perspectiva, cuenta qué le ayudó a superar aquel infierno:
Confiar en alguien.
Sus amigos, una psicóloga infantil y, por supuesto, su madre.
Contarlo.
En su caso, tuvo que ser un amigo, Joel, quien le dio un ultimátum para que fuera sincera con su madre: “O se lo dices tú o se lo digo yo”.
Cambiar de ambiente.
Ángela cambió de instituto y a partir de ahí “mi camino empezó a brillar”.
Cambiar de ambiente.
“Cuando nos han herido dejamos de confiar en los demás. Lo hacemos para protegernos. Para evitar que nos hagan daño”. Pero la realidad le demostró que mucha gente la quería, comenzando ahora por una profesora llamada Anna y por los nuevos amigos del instituto.
Seguir siendo sincero, no solo la primera vez.
Ángela sufrió acoso sexual por Instagram por parte de un chico y no se atrevía a contárselo a su madre. Por fin lo hizo a través de su profesora y el caso acabó en denuncia.
Ser uno mismo: aceptar que no vas a caer bien a todo el mundo, que tú tienes valía y que existen personas que te van a querer. “¡Luchad por ello!”, dice ahora Ángela.
¿Por qué el libro se titula “Sonríe aunque te cueste”?
Por que el arma definitiva, para Ángela, es ahora sonreír. “A veces -explica- la gente confunde el significado de una sonrisa con la superficialidad. Pues no. Una sonrisa no significa que tu vida sea perfecta o que no te enteres de nada”. Su objetivo va más allá y es lo que propone a quienes lean su historia: “Mirad el lado bueno de las cosas y contagiad vuestra alegría a los demás”.
Ángela tiene hoy más de 2 millones de seguidores en Tik Tok.
Te puede interesar:
Una médico ante el coronavirus: “Ojalá permanezcamos en casa por amor y no por miedo”
Te puede interesar:
“Conseguí sanar mis abortos y salvar mi maternidad”
Te puede interesar:
Su hijo fue asesinado por ETA: “Soy madre y no puedo transmitir odio”
Te puede interesar:
Bosco Gutiérrez: 30 años del secuestro que “me hizo retomar el control de mi vida”