A san Luis Orione se le conoce por su enorme labor a favor de las personas con enfermedades y discapacidad.
Trabajó desde joven por la formación de niños y jóvenes sin recursos económicos y fundó la Pequeña Obra de la Divina Providencia.
Hoy son muchas las obras que hacen perdurar su sensibilidad y ayuda a los más vulnerables en distintos lugares del mundo.
Su rostro y sus palabras permiten intuir cómo mira Dios al ser humano. Aquí una galería con algunas de ellas:
Murió el 12 de marzo de 1940 en la casa de San Remo, exclamando: "¡Jesús! ¡Jesús! Voy".