La interferencia nazi llegaba a ser tan fuerte que Radio Vaticano tenía que cambiar de frecuencias
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El concepto de fake news o noticias falsas lleva ya varios años circulando por la política nacional e internacional, pero el empleo de propaganda es quizás tan viejo como la misma historia de las relaciones internacionales. Sin duda era una herramienta que usaban los Nacional Socialistas de Alemania cuando Hitler invadió partes de Europa entre 1939 y 1945.
Ahora, 75 años después del final de la II Guerra Mundial, un investigador está detallando las formas en que las fake news nazis eran contrarrestadas —de forma agresiva, dice— por otro medio de comunicación del continente europeo: Radio Vaticano.
“El alcance de Radio Vaticano (…) era enorme”, afirma Nathan Morley, autor de Radio Hitler: Nazi Airwaves in the Second World War [Radio Hitler: las ondas de radio nazis en la Segunda Guerra Mundial], que habrá de publicarse en inglés en agosto. “Emitía noticiarios diarios, los cuales seguían el progreso de la guerra con dolorosa atención, junto con un programa de debate de ‘discurso’ en inglés que se emitía a India, América del Norte, Europa, Asia, África y Oriente Medio. A principios de la década de 1940, un reporte en Radio Vaticano sobre el ‘horror y los inexcusables excesos’ infligidos sobre los polacos bajo dominio nazi obviamente irritó [a Joseph Goebbels, ministro de propaganda de Hitler] y otros dirigentes nazis”.
“Al año siguiente, Radio Vaticano fue objetivo esencial de las medidas que tomaron las autoridades nazis para suprimir el catolicismo en Alsacia y Lorena y otras partes de la Francia ocupada”, continúa Morley, periodista y escritor residente en Chipre, en una entrevista con Crux. “Como era de esperar, la estación recibió ataques electrónicos por interferencias. [Cuando] la interferencia era muy fuerte, Radio Vaticano tenía que cambiar de frecuencia”.
Los nazis emitían propaganda a Europa, las islas británicas, Oriente Medio e incluso Estados Unidos, explica Morley. Y a menudo simulaban devoción a la fe cristiana para atraer las sensibilidades religiosas extranjeras.
“En una forma retorcida típica, los nazis fingían apoyar a la Iglesia en sus servicios de radio extranjeros, en especial después de [la batalla de] Stalingrado”, cuenta Morley. “Se produjo un intento para ganar el apoyo de las comunidades estadounidenses jugando la carta de sus sentimientos religiosos. En un programa dedicado a Irlanda —titulado ‘Programa gaélico’— aparecía el profesor Muhlhausen, que ocupaba la cátedra de Estudios Celtas en la Universidad de Berlín y que a menudo cantaba las lindezas de ‘la devoción nazi a la fe cristiana’ y la inclinación de los líderes nazis por la Iglesia católica”.
El escritor recoge que Goebbels se sirvió de una periodista estadounidense llamada Jane Anderson para atraer a los católicos de Estados Unidos. Anderson utilizó el eslogan “Recuerda siempre que los estadounidenses progresistas comen Corn Flakes de Kellogg’s y escuchan las dos partes de la historia”.
“[Jane] comparó la invasión de Rusia en 1941 con una cruzada religiosa respaldada por 50 millones de miembros de la Iglesia católica de Alemania, quienes, por supuesto, venían siendo perseguidos y acosados por Hitler desde 1933”, cuenta Morley. “Afirmaba que los católicos permanecían unidos como uno solo contra Rusia. ‘La Iglesia católica en Alemania apoyará al Führer de palabra y obra en la cruzada contra los enemigos comunistas del mundo cristiano’”.
Los nazis también establecieron estaciones de radio falsas, una de las cuales, que fingía emitir desde las islas británicas, se llamaba Christian Peace Station y daba la impresión de ser un apóstol por la paz.
“En una ocasión, acusó a todas las mujeres que trabajaban en la industria armamentística de cometer un crimen contra Dios”, explica Morley. “Era habitual que las transmisiones fueran envueltas con himnos y una oración”.
Sin embargo, parece que nada de esto podía hacer frente a Radio Vaticano, a la que Goebbels despreciaba tanto que exigía casi diariamente transcripciones de sus emisiones.
“Nunca entendió realmente cómo una estación de radio independiente podía emitir desde lo que él consideraba la capital del mayor aliado de Alemania”, es decir, desde el régimen fascista de Mussolini, contó Morley a Crux. “Para él, toda la operación de Radio Vaticano era del todo desconcertante”.
Radio Vaticano se inauguró oficialmente el 12 de febrero de 1931, con la emisión del papa Pío XI como el primer mensaje radiofónico que daba un Papa.
Eso fue dos años y un día después del nacimiento de la Ciudad Estado del Vaticano el 11 de febrero de 1929, tras la firma de los Pactos de Letrán entre la Santa Sede y el Reino de Italia, según recoge Vatican News. “Solo cuatro días después de la creación de Ciudad del Vaticano, el papa Pío XI encargó oficialmente al pionero italiano de la radio Guglielmo Marconi que construyera la estación de radio dentro del nuevo Estado”, se lee en Vatican News. “La primera señal que se envió desde Radio Vaticano el 12 de febrero de 1931 fue, no obstante, en código morse”.
El Vaticano anticipó la necesidad de una manera de hablar directamente a los católicos y otras personas de buena voluntad que vivían bajo regímenes como el del nacional socialismo.
“Para hablar libremente más allá de las fronteras en una época en la que el totalitarismo se estaba extendiendo: estaba el bolchevismo en el este, el nazismo en el horizonte, el fascismo y demás”, declaró el padre Federico Lombardi para Rome Reports en 2011. “Ser capaces de hablar libremente con personas de todo el mundo, en particular también en iglesias que estuvieran experimentando dificultades o siendo perseguidas, era absolutamente vital”.
Rome Reports informa de que, durante la II Guerra Mundial, Radio Vaticano entregó 250.000 mensajes a prisioneros de guerra de parte de sus familias.