¿Se puede recomendar la psicoterapia a todas las mujeres embarazadas? ¿Es necesario en casos de problemas de salud mental?¿Puede una mujer, después de quedar embarazada, comenzar o continuar las sesiones de psicoterapia? ¿Qué beneficios puede aportarle? ¿Puede tener efectos negativos?
Podemos encontrar muchas opiniones, a veces extremadamente diferentes, sobre la posibilidad de utilizar la psicoterapia con las mujeres embarazadas.
Detrás de estas opiniones se esconden muchas creencias, a veces inconscientes, presentes en las mentes de las propias mujeres, de sus familiares y de los especialistas que les ofrecen su ayuda.
En mi opinión, el embarazo no es una “contraindicación” para la psicoterapia, sino que puede ser un buen momento para comenzarla o continuarla.
En muchas situaciones, la intervención psicoterapéutica puede incluso ser necesaria e indispensable. ¿Por qué razón?
De la euforia al pánico
El comienzo del embarazo está asociado con muchas emociones diferentes y, con mayor frecuencia, a emociones fuertes. Son emociones que afectan no solo a la mujer, también al marido y a otros miembros de su familia y amigos. La mujer puede experimentar una especie de shock con la noticia del embarazo.
Este shock podría venir acompañado por otros sentimientos, algunos incluson ambivalentes. Se puede pasar de la emoción y la euforia a la ansiedad, confusión o incluso pánico.
A esto se le suma el malestar que podría tener durante los primeros meses. Su cuerpo está cambiado y toca aceptar cada cambio. Muchas de las mujeres no tienen suficientes recursos internos para hacer frente a esta situación. Además, es posible que no siempre puedan contar en el apoyo del entorno más cercano, que a menudo es una carga adicional para ellas.
La noticia del embarazo puede tener un impacto significativo en la relación de la pareja y causar varios problemas en las relaciones familiares y personales. La forma en que la pareja maneje las emociones en esta situación puede no ser propicia para construir la cercanía y para el cuidado mutuo.
Por lo tanto, el inicio del embarazo puede ser una razón suficiente para buscar la ayuda del psicoterapeuta. Comprender los sentimientos que van emergiendo, no solo puede tener un efecto positivo en el bienestar de la madre, sino también en el bebé que crece dentro de ella.
Liberar la mente
Es muy importante saber que, durante el embarazo, tanto las mujeres como los hombres vuelven a tener los “recuerdos” de las diferentes experiencias de la primera infancia de sus vidas. Estos recuerdos, en cada uno de nosotros, están escritos en una parte inconsciente de nuestra psique.
Por eso, pueden padecer sensaciones primarias, corporales y difíciles de definir. A muchas mujeres estos sentimientos pueden atemorizarlas.
La ayuda de un especialista puede ser un apoyo extremadamente valioso para comprender las experiencias agotadoras y aparentemente “extrañas” de la madre. Ponerle nombre puede ayudarla a aliviar la psique y, por lo tanto, le permitirá experimentar sentimientos más agradables en este importante período de su vida.
El miedo a comenzar la psicoterapia durante el embarazo puede estar relacionado con la sensibilidad psicológica de la mujer durante este período. De ahí la creencia de que es mejor no remover tan “tormentosas” experiencias.
Mientras tanto, reprimir y escapar de los sentimientos puede aumentar su fuerza y su impacto negativo en la salud. Sin embargo, el psicoterapeuta puede contener y, por lo tanto, calmar una multitud de emociones.
¿Puede ser dañina la psicoterapia durante el embarazo?
A veces cedemos a las declaraciones estereotipadas de que la psicoterapia puede “dañar” a una mujer embarazada, porque el concepto mismo de esta forma de ayuda puede estar asociado con la necesidad de experimentar sentimientos difíciles, en lugar de apoyarlas y ayudarlas a experimentarlos.
Además, podemos creer que una mujer embarazada experimenta de una manera inexplicable solo sentimientos agradables. Por lo tanto, puede parecer que la psicoterapia podría “estropear” esta condición única y feliz.
También se podría pensar que la psicoterapia puede afectar negativamente al feto en desarrollo, porque pesamos que el niño no debe “oír” los sentimientos negativos de la madre.
En este caso, se puede seguir con la idea de que el niño escucha a través de los sentimientos y las emociones de su madre, y ciertamente le será más fácil experimentar lo que se desarrolla internamente y se experimenta conscientemente en el interior del cuerpo y la mente de su madre.
