El consejo del Pontífice ante la multitud de ‘solitarios’ de las redes sociales y de la cultura de la indiferencia y del descarte
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“La soledad se vence no encerrándose en uno mismo sino invocando al Señor, porque el Señor escucha el grito del que está solo”, se lee en la cuenta Twitter del Papa Francisco este lunes 3 de febrero de 2020.
El Pontífice ha tratado el tema de la soledad en otras ocasiones, valorando la cultura del encuentro y la esperanza cristiana como antítesis de la soledad silenciosa, aisladora, angustiante y constante.
La soledad que se impone en nuestros días, en tiempos de aplicaciones para Smartphone, redes sociales con miles de amigos virtuales, páginas online para encuentros ‘amorosos’ e innumerables herramientas para la comunicación digital.
Para Francisco, la dignidad de la persona y la familia “está herida” en una sociedad egoísta y consumista que alimenta una masa de hombres y mujeres solos e infelices.
En el marco del drama de la soledad, se encuentra la crisis del amor entre hombre y mujer y las consecuencias en la vida de la familia.
Por eso, insiste, la Iglesia de puertas abiertas abraza el dolor humano a través de la misericordia. “Una Iglesia que educa al amor auténtico, capaz de alejar de la soledad, sin olvidar su misión de buen samaritano de la humanidad herida”, invitó el Papa en la apertura al Sínodo sobre la familia el 4 de octubre de 2015.
La soledad es el drama que “aún aflige a muchos hombres y mujeres”: ancianos abandonados; “viudos y viudas”; personas abandonadas por sus cónyuges, “emigrantes y refugiados” que huyen, “jóvenes víctimas de la cultura del consumo” (ídem).
La soledad es la “paradoja de un mundo globalizado”, donde hay “menos calor de hogar y de familia; “muchos placeres, pero poco amor; tanta libertad, pero poca autonomía”.
La crisis de la sociedad, que necesita del amor entre el hombre y la mujer para sacar a la humanidad de su infelicidad. El hombre, como Adán sufre la soledad, pero se alegra cuando encuentra un “corazón que se asemeje a él, que le corresponda”(Gn 2,18).
Además, el Papa considera que el aislamiento hace mucho daño a la persona, pues “es caldo de cultivo para el miedo y la desconfianza e impide disfrutar de la fraternidad”. (Video mensaje enviado al festival de Doctrina Social de la Iglesia, Verona – 24.11.2018).
Así, Francisco pone a la Virgen María como ‘modelo’ para saber “estar en medio de la gente”. “Ella es sierva, es humilde, es misericordiosa, está en camino con nosotros, es concreta, no se pone nunca en el centro del escenario, pero es una presencia constante”.
Francisco se inspira en la madre de Jesús para contrarrestar la manía de protagonismo irrefrenable que excluye al más débil o al más vulnerable (ídem).