Tras los muros del convento, la monja Sulpitia Cesis dedicó su talento musical a ensalzar la palabra de Dios a través de la música
Sulpitia Ludovica Cesis nació en Módena el 15 de mayo de 1577. Hija del conde Annibale Cesis, Sulpitia entró en el convento agustino de San Giminiano en su ciudad natal cuando solamente dieciséis años. Su padre dio trescientas monedas de oro como dote al convento.
Durante su vida de clausura, sor Sulpitia, además de rezar y colaborar en las actividades conventuales junto al resto de la congregación, pasó mucho tiempo tocando el laúd y componiendo piezas musicales. Su trabajo se materializó en una obra que salió a la luz en 1619 aunque se desconoce la fecha de su composición.
Con el título de Motetti Spirituale, la obra musical de sor Sulpitia Cesis incluía veintitrés motetes sacros policorales, pensados para ser cantados por entre dos y doce voces. Muy probablemente eran piezas compuestas para ser cantadas por las hermanas del convento. La gran mayoría de motetes estaban escritos en latín excepto cuatro que los escribió en su lengua materna, el italiano.
Sor Sulpitia dedicó sus Motetti Spirituale a otra religiosa que llevaba su mismo apellido, Anna Maria Cesis, que vivía su reclusión en el convento de Santa Lucía en Roma. Ambos conventos eran muy conocidos por el talento musical de sus religiosas lo que lleva a pensar que posiblemente tuvieran contactos relacionados con su arte. En la dedicatoria a sor Anna Maria Cesis, Sor Sulpitia indicaba que sus piezas musicales se deben “interpretar en los conventos de monjas en alabanza a nuestro Señor”.
Una de las curiosidades de la obra de sor Sulpitia está relacionada con los instrumentos que indicó para interpretar sus motetes, entre los que incluía el trombón, el violone, el archiviolone y la corneta, todos ellos instrumentos poco comunes en la música religiosa.
Giovanni Battista Spaccini, escritor italiano autor de una crónica sobre Módena, incluyó en su obra sobre la ciudad una breve referencia a Sor Sulpitia, de la que aseguró que “toca el laúd de manera excelente”. En la misma obra, Giovanni Battista nos explica que uno de los motetes de Sor Sulpitia fue interpretado a las puertas del convento de San Giminiano durante una procesión religiosa en 1596.
Sulpitia debió morir poco después de la publicación de su única obra musical pero se desconoce la fecha exacta de su fallecimiento. La obra original de Sor Sulpitia Cesis se encuentra custodiada en la Biblioteca Estense de Módena.