Los obispos polacos acuerdan empezar el proceso de beatificación de Karol y Emilia Wojtyla
No hay duda que la actitud espiritual del futuro Papa fue formada en su familia gracias a la profunda fe de sus padres. Karol, suboficial, y Emilia Wojtyla, institutriz, podrían ser modelos de santidad para nuestras familias contemporáneas”, declaró el cardenal Stanislaw Dziwisz, tras el anuncio de la posible beatificación de los padres de aquel de quien fuera secretario durante todo su pontificado.
Los obispos de Polonia acordaron empezar el procedimiento de apertura de su proceso de beatificación en la sesión plenaria de la conferencia episcopal del 9 de octubre de 2019. Una petición oficial de apertura ante la Congregación Romana para las causas de los santos es el próximo paso.
La familia, seminario doméstico
Los padres de san Juan Pablo II tuvieron tres hijos. El más mayor, Edmund, murió a los 26 años mientras ejercía la profesión de médico.
Entre él y Karol Jozef, futuro Papa y santo patrón de las familias, sus padres tuvieron a una hija, Olga, fallecida unos días después de nacer.
Emilia Kaczorowska era muy creyente. Había estudiado en un colegio entre religiosas. Falleció el 13 de abril de 1929 cuando tenía 45 años tras una insuficiencia cardiaca. El pequeño Karol solo tenía 9 años.
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Su padre, hombre profundamente religioso, dedicó toda su vida como viudo a su único hijo. “Mi gratitud va sobre todo a mi padre, que quedó viudo prematuramente. Todavía no había hecho mi primera comunión cuando perdí a mi madre. Después de su muerte, y más tarde tras la desaparición de mi hermano mayor, me quedé solo con mi padre”, escribió Juan Pablo II en su obra Mi vocación, don y misterio. “Pude observarlo en su vida cotidiana, que era austera. Era militar de profesión, y cuando quedó viudo su vida se convirtió en una vida de constante oración”.
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“Me despertaba por la noche y me encontraba a mi padre de rodillas, igual que lo veía siempre de rodillas en la iglesia parroquial. Entre nosotros no hablamos de la vocación al sacerdocio, pero su ejemplo fue para mí, de alguna manera, el primer seminario, una especie de seminario doméstico”.