Así podrás orientar a tu hija para que sea una buena personaMi hija mayor, Sienna, va por la mitad de su segundo curso de secundaria (Grade 8 aquí en Estados Unidos) y si hay una cosa que puedo asegurar es esta: ha sido duro. Las telenovelas no tienen nada que envidiar al drama de una chica adolescente.
Pero nada de esto nos sorprende. Después de todo, yo también fui una vez adolescente y, sin lugar a dudas, mi segundo curso de Educación Secundaria fue el año más difícil de mi adolescencia.
Gestionar las amistades en esta época es todo un reto, a veces incluso una auténtica batalla. Sin embargo, es esencial que los padres compartan el esfuerzo de sus hijas, porque las lecciones que aprendan establecerán los cimientos de sus amistades en los años venideros.
Aquí tenéis 3 de las lecciones más importantes que he aprendido hasta ahora para ayudar a chicas adolescentes a forjar amistades profundas y significativas que resistan el paso del tiempo.
Escúchale
Cuando vuelva a casa hablando acelerada sobre una enrevesada y larga historia sobre el drama del día, centra tu atención y escúchala verdad. Mi hija lo hace varias veces al día y a veces lo único que quiero hacer es taparme los oídos y salir corriendo gritando. Pero no lo hago porque para nosotros los padres estas historias son una mina de oro.
Si escuchas con detenimiento y atención a los detalles, empezarás a entender qué está pasando de verdad por el corazón y la mente de tu hija adolescente. Podrás identificar sus patrones de comportamiento y hábitos de pensamiento que podrían estar socavando sus esfuerzos por forjar amistades y empezarás a familiarizaros con las fortalezas y las habilidades sociales particulares de tu hija.
De esta forma, tendrás unos cimientos sólidos a partir de los cuales podrás guiar a tu hija para aprender a desarrollar amistades virtuosas.
Guíale con preguntas, no con respuestas
Una vez hayas escuchado lo bastante como para establecer una conversación en confianza con tu hija sobre sus amigos, el siguiente paso es resistir la tentación de dar consejos. Intelectualmente, tu hija sabe que una vez tuvisteis su edad pero, emocionalmente, está bastante segura de que nunca has experimentado la vida “real” y no tienes ni idea de lo que estáis hablando. No es algo personal, es una fase completamente normal y predecible de su desarrollo.
Sin embargo, puede ser irritante a más no poder permitir que te afecte, así que trata la cuestión con cierta distancia emocional. No permitas que se interpongan en el camino tus emociones.
Intenta no hacer preguntas sin ton ni son, sino con intención. Cuando ella responda, hazle más preguntas sobre sus respuestas. Plantéale absolutamente todo como una pregunta o una hipótesis y deja que sea ella quien dé las respuestas.
Ahora bien, no estoy diciendo que tengas que aceptar sus respuestas, sobre todo si son equivocadas. Pero en vez de corregir y criticar a tu hija, dad forma a la conversación de tal manera que permita a tu hija corregirse y ser crítica consigo misma.
Haz que tus preguntas sean reflexivas, para que ella necesite tiempo de pensar sobre su comportamiento, sus amistades y las consecuencias.
Intenta con tu ejemplo que se convierta en un gran amigo
Si quieres que tu hija tenga buenas y profundas amistades muéstrale primero qué es eso. Sabemos que nuestros hijos aprenden mucho más sobre la vida al vernos a nosotros vivirla que con cualquier cosa que les digamos, y el ámbito de la amistad no es una excepción.
Por desgracia, en mi caso (como en el de la mayoría de padres), a menudo me veo tan consumida por el trabajo diario de la vida que las amistades se quedan en un segundo plano, aunque me empiezo a dar cuenta de lo importante que es cambiar esto.
¿Cómo voy a mostrarle a mi hija cómo es la auténtica amistad si ella nunca me ve preocupada o implicada en la vida de mis amigos? Aunque he hecho intentos de priorizar mis amistades en los últimos años, no he priorizado que esas amistades formen parte de mi vida diaria. He quedado con amigos para tomar café o comer por ahí, claro, pero no recuerdo la última vez que invité a un amigo a casa para tomar un café y charlar.
Teje tu red de amistades y cultívalas. Muéstrale a a tus hijos cómo es una buena amistad, cómo son los buenos amigos en su ausencia. Sé amable y considerado con tus amigos cuando no estén presentes. No cotillees, ni critiques y tampoco los menosprecies.
Tal vez creas que no pasa nada si charlas con tu marido o mujer a solas en la cocina pero basta con que tu hija escuche accidentalmente una conversación imprudente y desagradable sobre algún amigo para que se desmorone todo lo que intentáis enseñarle sobre ser una buena amiga.
Si tu hija sospecha que todas las personas —adultos incluidos— caen en comportamientos mezquinos infantiles, no solo perderéis su respeto, sino también su confianza.
Mostrad a tu hija cómo forjar amistades virtuosas siendo vosotros mismos amigos de virtud, así todo lo que intentáis enseñarle calará en lo hondo de su alma.
Una amistad verdadera de por vida es uno de los regalos mejores y más importantes que podéis dar a tu hija adolescente.