Uno de los países con mayor éxito educativo dedica el 60 por ciento de clases en Primaria a trabajos manuales, música y educación física
Finlandia es un país del norte de Europa, con 330.000 kilómetros cuadrados y solo 5,5 millones de habitantes, ya que la mitad norte del país se encuentra en hielo permanente al estar cerca del Círculo Polar Ártico. Pertenece a la Unión Europea y tiene como moneda el euro. Pero lo que aquí nos interesa es que es el país que tiene el mejor sistema educativo, no solo de Europa, sino que está entre los primerísimos del mundo.
Lo sorprendente del sistema educativo es el número de horas dedicadas a la asignatura llamada “Hogar” o Ciencia del Hogar (Kotitalous en finés). En el sistema educativo, según el Ministerio de Educación finés, los alumnos entre los 13 y los 15 años, o sea durante dos cursos, reciben la asignatura obligatoria de Ciencia del Hogar, tres horas por semana durante los dos años.
¿En qué consiste esta asignatura?
Desde hace más de treinta años fue introducida esta materia obligatoria, que ha sido mantenida en la reforma educativa. La asignatura enseña a los alumnos y alumnas de esas edades los trabajos de una casa:
- planchar,
- lavar la ropa,
- cocinar,
- conocer los electrodomésticos,
- electricidad,
- conocer los alimentos y los utensilios de la cocina,
- limpiar (el suelo, la cocina, los utensilios…),
- cuidado de los muebles,
- reparaciones diversas,
- pintura,
- legislación, etc.
Ya en el primer curso de primaria los alumnos han aprendido en la asignatura de Artesanía (Käsityö en finés) a tratar la madera, el plástico, los metales y todo tipo de tejidos.
De este modo, tanto los alumnos como las alumnas terminan la enseñanza obligatoria conociendo, cada uno y cada una, cómo funciona una casa, y aprendiendo además a compartir los trabajos domésticos. Aquí nadie puede decir que un trabajo doméstico es más adecuado para el hombre o para la mujer, pues ambos conocen –porque lo han aprendido en la escuela—todos los trabajos que hay que hacer en una casa. Y un detalle: los alumnos van en calcetines por la clase porque es como van por casa, en Finlandia, porque da un ambiente más familiar.
El sistema educacional finlandés procura preparar a los alumnos a saber caminar solos por la vida. Aprenden lo básico en la economía familiar, en derecho, en finanzas, en ciencias naturales, en ciencias físicas y matemáticas, del medio ambiente, etc.
Además, en la escuela, Katitalous es la hora preferida de los alumnos, según un sondeo publicado en el Helsingin Sanomat. Los alumnos dicen que es más divertido aprender las tareas del hogar que las matemáticas.
En Finlandia, la enseñanza básica obligatoria, que es gratuita, empieza a los 7 años y termina a los 16 años (9 años). Terminados estos, los alumnos pueden ir a la formación profesional o a estudios superiores. Para acceder a la universidad, los alumnos deben superar un examen de selectividad que es distinto según la facultad en la que un/a estudiante quiere cursar sus estudios universitarios.
Durante toda la enseñanza básica (a lo largo de los nueve años que dura) se da clase de Religión o Ética obligatoria todas las semanas. Si hay tres o más alumnos que piden clases en una religión determinada (por ejemplo, católicos –solo hay un 0,2 por 100-, musulmanes, ortodoxos, etc.), el colegio deberá ofrecer obligatoriamente clases de esa religión para los alumnos (o sus padres) que la hayan solicitado. El 90 por 100 de los alumnos solicitan religión. La religión mayoritaria (un 70 por 100) es la cristiana luterana.
Y lo que también es sorprendente del sistema educativo de Finlandia es que, en los primeros años de escuela, el currículo escolar está dedicado, en un 60 por 100, a la educación musical, la plástica, los trabajos manuales y la educación física. Se aprenden también habilidades de colaboración, empatía y perseverancia.
Los profesores tienen una alta consideración en la sociedad y los colegios eligen a los profesores para formar un equipo que conforme el tipo de educación que da el colegio. Las clases tienen un máximo de 20 alumnos.