#ViajeApostolicoTailandia, el Pontífice: “Podremos impulsar entre los fieles de nuestras religiones el desarrollo de la caridad”
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El papa Francisco invitó al Patriarca de los Budistas en Tailandia a aunar esfuerzos para realizar obras de caridad a favor de los más pobres del país y para proteger la casa común.
En Bangkok, este jueves 21 de noviembre de 2019, el Sucesor de Pedro visitó al líder espiritual budista más importante del país y seguido por el 92% de la población, Somdet Phra Ariyavongsagatanana IX, en el Templo Real: Wat Ratchabophit Sathit Maha Simaram Temple.
“Podremos impulsar entre los fieles de nuestras religiones el desarrollo de nuevas imaginaciones de la caridad, que sean capaces de generar y aumentar iniciativas concretas en el camino de la fraternidad, especialmente con los más pobres, y en referencia a nuestra tan maltratada casa común”, expresó el Papa.
De esta manera, afirmó, “contribuiremos a la construcción de una cultura de compasión, fraternidad y encuentro tanto aquí como en otras partes del mundo (cf. ibíd.). Estoy seguro que este camino seguirá dando frutos y en abundancia”.
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Francisco ha querido consolidar las buenas relaciones con el líder budista de cara a sostener la libertad religiosa en el país, la cual ha permitido en varios decenios la convivencia pacifica entre la pequeña comunidad cristiana (1%) y la mayoría budista.
En este sentido, sostuvo: “doy las gracias a este pueblo porque, desde la llegada del cristianismo a Tailandia, hace unos cuatro siglos y medio, los católicos, aun siendo un grupo minoritario, han disfrutado de la libertad en la práctica religiosa y durante muchos años han vivido en armonía con sus hermanos y hermanas budistas”.
Recordó las palabras de Juan Pablo II que visitó el país en 1984 y vistió en este Templo al Patriarca Supremo, Somdej Phra Ariyavongsagatanana (Vasana Vasano) y llamó a los tailandeses budistas: el pueblo de la sonrisa. Además, mencionó el esfuerzo por cultivar el diálogo.
“En las fuentes del budismo la mayoría de los tailandeses han nutrido y permeado su manera de reverenciar la vida y a sus ancianos, de llevar adelante un estilo de vida sobrio basado en la contemplación, el desapego, el trabajo duro y la disciplina”.
Pablo VI también recibió la visita en el Vaticano, hace 50 años, del decimoséptimo Patriarca Supremo, Somdej Phra Wanarat (Pun Punnasiri). En su discurso, el Papa que considera a los budistas por su austeridad muy cercanos a la espiritualidad franciscana, remarcó el hito de estas relaciones “en el desarrollo del diálogo entre nuestras dos tradiciones religiosas”.
Francisco asimismo recordó el regalo que una delegación de monjes del templo de Wat Pho le llevó hasta el vaticano recientemente: “una traducción de un antiguo manuscrito budista escrito en lengua pali, conservado ahora en la Biblioteca Vaticana”.
Se trata – remarcó – de “pequeños pasos que ayudan a testimoniar no sólo en nuestras comunidades sino en nuestro mundo, tan impulsado a generar y propagar divisiones y exclusiones, que la cultura del encuentro es posible”.
“Cuando tenemos la oportunidad de reconocernos y valorarnos, incluso desde nuestras diferencias, ofrecemos al mundo una palabra de esperanza capaz de animar y sostener a los que resultan siempre más perjudicados por la división”.
El Papa reafirmó que “las religiones se manifiesten cada vez más como faros de esperanza, en cuanto promotoras y garantes de fraternidad”.
Subrayó el deseo de reiterar su “personal compromiso y el de toda la Iglesia por el fortalecimiento del diálogo abierto y respetuoso al servicio de la paz y del bienestar de este pueblo”.
“Una vez más, agradezco a Su Santidad este encuentro. Pido que sea colmado de todas las bendiciones divinas para su salud y bienestar personal, y por su alta responsabilidad de guiar a los creyentes budistas en los caminos de la paz y la concordia. ¡Gracias!”, concluyó el Papa refiriéndose al líder budista.
En Tailandia, el budismo, como la Iglesia católica en varios países de occidente, también está buscando renovarse para desmarcar la institución y sus miembros ‘sanos’ de la corrupción económica y del escándalo sexual. Las noticias internacionales evidencian el abuso sexual de niños durante su estancia en algún monasterio; el robo y la malversación de dinero por parte de monjes.
El budismo Theravada prevalece en el país. Se trata de la escuela budista más antigua entre las que aún existen. Los jóvenes tailandeses aspiran, una vez en la vida a entrar en el monasterio donde aprenden a practicar la meditación por una semana o por varios años. Tailandia tiene una población multiétnica, punto fuerte de su progreso y, en general, los católicos son percibidos positivamente.