María invita a la conversión y al reconocimiento de la misericordia de DiosNuestra Señora de Laus, ubicada en los Alpes franceses, es un santuario particular, porque María, durante los 54 años en que se apareció a Benoite Rencurel, no cesó de llamar a la conversión. Por lo que ha sido llamada “Refugio de los Pecadores”. En mayo de 1664, la joven pastora de 17 años, Benoite, vio a San Mauricio, un gran santo de los Alpes, quien le anunció que pronto vería a la Virgen María en un valle cercano. Benoite, confiada e inocente, se dirigió con su rebaño de cabras a la gruta “de los hornos”, donde se le apareció María mientras rezaba el rosario.
Las apariciones continuaron durante cuatro meses. María sostenía en sus brazos a su hijo, el Niño Jesús, que vino a traer la reconciliación al mundo. Este fue el mensaje que ella dio a Benoite tiempo después, en un nuevo lugar, la pequeña capilla de la aldea de Laus. El oratorio dedicado a Nuestra Señora del Encuentro, se convirtió rápidamente en una iglesia más grande. María, en efecto, pidió que se construyera un lugar de oración destinado a la conversión de los pecadores, así como una casa para los sacerdotes. Es una invitación a la conversión y al reconocimiento de la misericordia de Dios, porque la misma Benoite designó el lugar como un Refugio de los pecadores. Por tanto, es una invitación a la conversión.
La noticia de las apariciones se esparció rápidamente por toda la región, y los peregrinos acudieron en masa. Hubieron sesenta curaciones milagrosas entre 1664 y 1666 según el abogado Grimaud que estudió la veracidad de los hechos. Estos se producían después de la unción del óleo de la lámpara del santuario, acción realizada por fe, de acuerdo al consejo que la misma Virgen María había dado a Benoite. La primera de estas curaciones, la de Catalina Vial en 1665, constató jurídicamente las apariciones el 18 de septiembre del mismo año. Sin embargo, el carácter sobrenatural de estas apariciones fue reconocido oficialmente sólo el 4 de mayo de 2008.
La pastora, cuyo proceso de beatificación está abierto, nunca pidió una gracia particular, sino más bien pruebas. Durante su vida fue colmada de gracias espirituales y tuvo apariciones hasta su muerte, a los 71 años. Como miembro de la Tercera Orden Dominicana, Benoite Rancurel continuó su misión de servir a los peregrinos del Santuario de Laus hasta su muerte. Una peregrinación que casi nunca se interrumpió.
Desde su comienzo en el siglo XVII, las peregrinaciones, que se interrumpieron sólo durante el periodo de la revolución, continúan hasta ahora. El llamado a la conversión, que es el corazón del mensaje de María a Benoite, se experimenta a través de los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía. Las enseñanzas de María a Benoite siguen siendo válidas hoy: uno no se convierte de verdad, si no está animado por la dulzura de la misericordia.
En el santuario de Laus, la presencia materna de María, “Refugio de los Pecadores”, actúa en este aspecto, con una fuerza evidente.
Oración
Reina de Laus, amable y tierna Madre,Escucha nuestros pedidos piadosos.Tu Hijo siempre complace tu ruego. ¡Oh! tú siempre complaces a tus hijos. Sin cansarte, Oh, Virgen purísima, desde lo alto del cielo vela sobre nuestro corazón. No permitas que la mínima mancha pueda opacar la blancura celestial. Sé nuestro apoyo, Virgen omnipotente. En la virtud, guía nuestros pasos débiles. Si nos deslizamos, Madre compasiva, con bondad recíbenos en tus brazos. ¡Ah! danos un refugio bajo tus alas, cuando la tormenta estalla con furia, perdónanos las angustias crueles. Los negros remordimientos que perturban al pecador. ¡Ah! déjanos hasta la última hora dormir en paz en tu seno maternal.Y que al despertar, al abrir los ojos, te veamos en los esplendores del cielo. Nuestra Señora de Laus, Refugio de los Pecadores, ruega por nosotros que recurrimos a ti.