La próxima vez que salgas de paseo, fíjate en los cultivos y, si puedes, habla con los agricultores porque ellos son los que cuidan tu naturaleza más cercana.
¿Sabes quién cultiva el grano del pan que comes? ¿O quién corta tus judías verdes?¿Quién recoge las aceitunas con las que se hace tu aceite? ¿O los pistachos? Lo estoy escuchando últimamente hablando con agricultores y asociaciones de agricultores. Parece que nos hemos olvidado de ellos. Cómo no vemos tractores en las ciudades nos creemos que sólo existen en lugares lejanos.
Mientras, los movimientos ecológicos y contra el cambio climático se establecen en términos globales y genéricos: calentamiento global, descenso del nivel del mar, el agujero de la capa de ozono… Pero cuando ponemos nombre y apellidos a estos males, debemos mirar más a nuestro alrededor más próximo.
Eso nos dará la posibilidad de hacer un ecologismo de andar por casa, y no me refiero a reciclar en el hogar o cuidar de no malgastar agua. Me refiero en fijarnos en qué y cómo trabajan los agricultores y ganaderos de nuestra zona.
La contaminación de los mares, la deforestación del Amazonas, son los grandes mantras en la batalla por el medio ambiente, claro que sí, pero ¿qué hay del pequeño productor de almendras que mantiene su terreno de forma ecológica en California? ¿Y de la familia de agricultores italianos que ajustan costes hasta el último céntimo para vender su aceituna y no perder dinero? ¿Y de los agricultores españoles que luchan contra la sequía?
En Europa, muchas explotaciones agrícolas reciben subvenciones y ayudas porque las rentabilidades no siempre están claras. ¿No es ese un gran problema ecológico también? Y todo, a la vez que con su trabajo diario contribuyen a mantener vivo nuestro campo, nuestras tierras.
Las asociaciones de agricultores señalan que estos se sienten ignorados por los grandes movimientos ecológicos. Nadie va a visitarlos: a ver cómo cuidan el campo y producen para que comamos. A veces se consideran olvidados por la sociedad más urbana. Nos recuerdan que ellos son el medio ambiente y nos piden que volvamos al ‘piensa global, actúa local’.
Y para eso, también es importante conocer las condiciones laborales de los jornaleros. De aquí a África y América del Sur. ¿Quién corta la uva de tu vino preferido? ¿Cómo se exprime el zumo que compras en el súper? ¿En qué condiciones se trabaja?
Además de manejar esta información, los movimientos de ecología local nos recomiendan:
- acudir al mercado
- comprar productos más de kilómetro cero que se cultivan en tu zona
- consumir productos de temporada
Así evitamos procesos contaminantes para producir, mantener y transportar.
Y no sólo eso. La agricultura hoy día también es reflejo de innovación. El trabajo en el campo está cambiando y cada día se aúna más con la tecnología.
Además se apuesta por sistemas más respetuosos. Es la llamada agricultura ecológica, que huye de pesticidas agresivos, que evita los químicos y propone mimar más el medio ambiente para obtener cosechas más naturales.
Todo esto está pasando a nuestro alrededor. Sin grandes presentaciones mediáticas, sin más ruido que el trabajo de una familia, en una explotación agrícola, en una granja… muchas veces más cerca de lo que nos creemos.
Ya lo sabes, la próxima vez que salgas de paseo, fíjate en qué se cultiva. Y siempre escucha las reivindicaciones de los agricultores de tu zona, porque ellos son los que cuidan tu naturaleza más cercana. Y esa es la verdadera ecología de kilómetro cero.