Muchos, para declarar su deseo de una vida nueva, juran y prometen. ¡Hay que tener cuidado!
Vista la falta de información, daré solo algunas indicaciones generales. En el caso de que se trate de algo muy exigente, una buena confesión puede resolver la cuestión. Si has hecho una promesa y te olvidaste, busca repararla, manteniéndola.
Hermano mío, pienso que no deberíamos jurarle a Dios. La Iglesia lo enseña basándose en las enseñanzas de Jesús, que nos dice:
“Digan sí cuando es sí, y no cuando es no” (Mt 5,37).
Sencillo, ¿no?
Mucha gente, para declarar su deseo de una vida nueva, multiplica juramentos y promesas. ¡Vamos con calma! Pidamos al Señor que nos ilumine para poder salir de una situación que nos incomoda, que ofende a Dios, que perjudica a un hermano. Esta debe ser la actitud de un cristiano que quiere realmente vivir su fe.
¿Te ayudé, Haroldo? Espero que sí. Si no entendí bien tu pregunta, escríbeme de nuevo. Hablaremos. ¡Dios te bendiga y a tu familia!
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