En tres semanas, al menos dos millones de argentinos se habrán movilizado a distintos santuarios en toda la geografía argentinaTras la movilizante peregrinación juvenil del fin de semana a Itatí, la semana más mariana del año para la Argentina tuvo otras dos grandes manifestaciones de Fe: la Merced en Tucumán y San Nicolás, al norte de la provincia de Buenos Aires.
La Merced, celebrada en todo el país, tuvo su gran fiesta en el norte en la provincia de Tucumán, de la que es patrona. Peregrinos de toda la provincia, gauchos a caballo, grupos con misachicos –devota procesión desde el hogar o pueblo con imágenes-, arribaron a la ciudad Capital para honrar quien es además Generala del Ejército argentino tras haber acompañado a las reducidas tropas del General Manuel Belgrano en la emblemática y estratégica Batalla de Tucumán. Hasta desde los valles calchaquíes, a más de 200 kilómetros, llegaron devotos. Los gauchos del norte son de la Merced, y lo habían demostrado algunas semanas atrás en la tradicional Marcha Gaucha que tiene lugar anualmente en la capital de la provincia.
La Virgen Generala, imagen ante la que el prócer Belgrano rezó tras la batalla hace 107 años, procesionó durante la festividad por la ciudad, pasando por la Plaza Belgrano, la Plaza Independencia, para regresar a la Basílica al anochecer. María en salida, caminando por la ciudad, recibió el saludo de decenas de miles de tucumanos que la fueron saludando y se hicieron su momento para renovar ante ella su centenaria historia de cercanía. Una intención muy particular se escuchó una y otra vez de voz tanto de los celebrantes como de los devotos: la fraternidad entre los argentinos y la prosperidad, ‘que el país salga adelante’.
Las mismas intenciones escuchó María una y otra vez, a mil kilómetros de distancia, en el santuario de María del Rosario de San Nicolás. Decenas de miles de devotos se acercaron en la fiesta que se celebra el 25 de septiembre, muchos llegados desde la Ciudad de Buenos Aires, a más de 200 kilómetros. Este santuario tiene la particularidad de ser destino de peregrinación de las dos grandes ciudades portuarias: Buenos Aires y Rosario, que tuvo su peregrinación particular, hace algunas semanas, con también decenas de miles de peregrinos.
“Madre, nuestro pueblo te necesita”, rezaron especialmente celebrándola como en Tucumán, en las calles, con banderas argentinas, rosarios, y celulares que tomaban fotos para convertirse casi inmediatamente en fondo de pantalla durante el año.
La Virgen de la Merced en Tucumán y Nuestra Señora del Rosario en San Nicolás conmemoran la relación de la Virgen María con el pueblo argentino a lo largo de su historia. Una devoción que marcó a piel el inicio independiente de la patria, la otra que confirmó la permanente cercanía de María a partir de la década del 80. En ambos casos, la reacción de los argentinos fue inmediata: la devoción, la peregrinación, la celebración de la Madre de Dios.
Por delante está la peregrinación juvenil al Santuario de Nuestra Señora de Luján, el 5 y 6 de octubre, para la que se esperan cientos de miles de peregrinos a pie desde Buenos Aires y distintas ciudades del conurbano. En Salta, Itatí, Tucumán, San Nicolás, Luján, en cada santuario, en cada ciudad, en 30 días los argentinos habrán mostrado a su término que la Madre de Dios es parte indeleble de la identidad nacional.