La Casa Blanca argumenta que este cambio “es crucial para detener la migración en la frontera suroeste de Estados Unidos”El llamado “Acuerdo Flores”, un acuerdo judicial de 1997 y que determina que los menores inmigrantes y sus familias deben ser detenidos en las condiciones “menos restrictivas” posibles y durante un periodo máximo de veinte días, ha sido desechado por el Gobierno de Estados Unidos, encabezado por Donald Trump.
Estragos físicos y emocionales
Una nueva disposición del gobierno de Trump permitiría detener indefinidamente a las familias migrantes. En otras palabras: en la frontera sur de Estados Unidos las familias permanecerán detenidas juntas por el tiempo que demore la resolución de su caso. Y pueden ser meses…, o años.
El “Acuerdo Flores” no solo determinaba el número de días que un menor de edad y su familia podía permanecer detenido bajo custodia del Gobierno, sino que también establecía los cuidados que el menor debía recibir para evitar lo que, parece ser, no le importa demasiado evitar a Trump: los estragos físicos y emocionales que un encierro prolongado provocan en niñas y niños absolutamente inocentes.
La Casa Blanca argumenta que este cambio “es crucial para detener la migración en la frontera suroeste de Estados Unidos” y que se trata de “una regla crítica” para que el gobierno detenga a las familias y así se mantenga “la integridad” del sistema migratorio del país, según ha dicho Kevin K. McAleenan, secretario en funciones de Seguridad Nacional.
La nueva regla fue inscrita en el Registro Federal el viernes y entraría en vigor el 23 de octubre, pero necesitará la aprobación de un juez federal para su vigencia. Además, se espera que sea inmediatamente impugnada por grupos defensores de los migrantes en Estados Unidos.
Disuadir a quien huyen
El objetivo de Trump es poner fin a la llamada “estrategia de capturar y liberar” a migrantes centroamericanos que viajan en familia, con menores de edad incluidos, y que, con el “Acuerdo” ingresaban rápidamente en el país mientras esperaban que sus peticiones de asilo fueran resueltas por un juez migratorio.
Pero si se pone en marcha esta disposición, las familias que entren a Estados Unidos de manera ilegal y sean capturadas al cruzar la frontera de México con el país del norte, serán enviadas a alguno de los centros de detención que tiene el gobierno y permanecerán durante todo el tiempo que tarden sus casos. Podrían ser tres meses, o muchos más.
En la esencia de esta nueva regla está implícito el mensaje de la administración Trump a las familias centroamericanas, que viajar con menores de edad a la Unión Americana no es “un pasaporte” o salvoconducto para ser liberados, tras ser detenidos, en un plazo de veinte días.
Y persuadir a las familias de Honduras, Guatemala y El Salvador de no emigrar al norte con sus pequeños, pues ahora no tendrán un trato especial. Estados Unidos ahorrará dinero, pues ya no tendrán que construirse más centros de detención familiar a lo largo de su frontera con México.
Como si las familias, con pequeños incluidos, huyeran por gusto de sus hogares.