La clave es esta: lo contrario de la ADICCIÓN es la RELACIÓN
Todos hemos experimentado la sensación de probar algo y no poder parar de hacerlo. Hoy en día, el mundo nos ofrece un sinfín de productos para el consumo que pueden terminar por generarnos una adicción: comidas procesadas, alcohol, dulces, etc.
Lo mismo sucede con determinados comportamientos que generan algún tipo de sensación placentera, por corta que esta parezca: hábitos sexuales, adicción al deporte, la necesidad de salir los fines de semana… Tanto en el caso del abuso de sustancias como en los comportamientos compulsivos se modifica la estructura del cerebro y condiciona su funcionamiento.
En muchas ocasiones, el entorno del adicto no conoce sus adicciones porque este no se atreve a pedir ayuda. Por eso, el adicto lucha solo en una batalla casi imposible por sus propias fuerzas. La clave es esta: lo contrario de la ADICCIÓN es la RELACIÓN.
¿Cómo se gana la batalla a la adicción?
1. Identifica tu adicción: el primer paso es darte cuenta de que estás metido en un comportamiento o consumo adictivo y de que necesitas un cambio. Recuerda que no es solo adicto el que cae todos los días, sino el que cae en contra de su propia voluntad con una frecuencia relativa, aunque sea una vez a la semana o al mes.
2. Comparte tu problema: busca gente de confianza y que tenga un buen criterio para ayudarte. Necesitas hablar de tu sufrimiento. No hace falta que te machaques con frases como “soy un desastre”, “no se puede confiar en mí” … Estás pidiendo ayuda y ese es el primer paso para ganar en libertad.
3. Acepta tu adicción: el adicto nunca deja de serlo. Pero no pasa nada. La adicción apareció como un mecanismo de supervivencia para ti. Quizá te sirvió para liberar ansiedad o para superar un periodo de gran estrés en tu vida. Simplemente no te culpes por haber llegado a ese punto. Esto no condiciona tu vida por encima del que necesita una pastilla diaria o del que tiene una operación que le impide realizar algún deporte. Simplemente es una precaución con la que has de vivir, como otra cualquiera. Tu tarea ahora es tomar la responsabilidad de tus actos y comenzar a dominar desde tu consciente tu vida.
4. Afianza tu deseo de dejar atrás la adicción: realiza algún acto que simbolice tu ruptura con la adicción. Puedes cortarte el pelo, cambiarte el peinado, quitarte la barba o cambiar la distribución de los muebles de tu habitación. Tú eliges tu forma de decirle a tu cerebro que algo ha cambiado a ti, y esta vez va en serio.
5. Establece buenas relaciones con los demás: este es el punto clave que te haré no recaer nunca más. A pesar de que la sobriedad sea necesaria en todo proceso de desintoxicación, la sobriedad no es lo opuesto a la adicción. Numerosos estudios demuestran que las personas con buenas relaciones sociales son menos vulnerables a caer en las trampas de la adicción. Es en la soledad prolongada donde nos convertimos en víctimas fáciles de cualquier vía de escape insana para nuestros sentimientos de tristeza y ansiedad.
A veces, es necesario pedir ayuda profesional de un terapeuta u otro tipo de acompañamiento personal. Sin embargo, hoy mismo puedes empezar a remar a favor de tu libertad estableciendo relaciones sanas con personas de tu entorno.