Los ingenieros agrónomos se organizaron para aprovechar hasta el último producto de cosecha
Si en el mundo se desperdician alimentos y la protesta se hace sentir, imaginen la situación en Venezuela, cuando la hambruna afecta a buena parte de la población que debe conformarse con ingerir algún alimento una sola vez al día. Todas las mediciones confirman el hecho de que millones de personas se encuentran en condición de vulnerabilidad en nuestro país.
El desperdicio de alimentos se encuentra en niveles récord: en el mundo se pierden o desperdician 1300 millones de alimentos cada año, esto equivale a cerca de un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano. En América Latina el número aproximado es de 127 millones de toneladas de alimentos (FAO, 2018).
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Los bancos de alimentos han resultado una alternativa eficaz para disminuir las pérdidas y desperdicios de alimentos y mediante de las legislación nacional, regional o municipal disminuir la carga impositiva para poder llegar a las poblaciones más vulnerables. Los bancos de alimentos son entidades que reciben y recogen alimentos excedentes de comercios, empresas o personas.
La Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos ha dado un paso al frente en esta dirección. Su iniciativa está dirigida “a reducir el número estimado de pérdidas y desperdicios en la producción primaria, agroindustria y comercio, el cual asciende a 1.260.000 toneladas anuales, lo que equivale a 105.000 toneladas mensuales que representan el 10 % del total de alimentos requeridos mensualmente. Ello, sin duda, permitiría suplir las necesidades nutricionales de al menos un tercio de la población vulnerable subalimentada”, se lee en un comunicado que han hecho público.
Decimos en criollo que “nunca es tarde cuando la dicha es buena”. Y en Venezuela tenía que surgir, ante la indiferencia del Estado y la ruina productiva del país, una iniciativa como a que se ha puesto en marcha ya que existen, sobre todo para auxiliar a las comunidades que lo requieren, organizaciones sin fines de lucro como “Red Mundial de Bancos de Alimentos” o “The Global Food Banking Network”, que reciben donaciones por parte de empresas públicas y privadas, y así trabajan en las tareas de recuperación de alimentos desperdiciados en campos agrícolas y mercados.
“Con estas acciones –afirman los agrónomos venezolanos- no sólo pretendemos reducir las pérdidas y desperdicios, sino que además se trata de ayudar a que más personas en condición de vulnerabilidad dispongan de alimentos, que en nuestro país sobrepasan los 6,5 millones de personas”.
Desde la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos y afines aprovechan para ratificar el firme propósito de continuar promoviendo los sistemas alimentarios sostenibles y precisan “con un enfoque de economía circular que aproveche los residuos generados por la actividad y que mitigue los efectos del cambio climático”. Así terminan enfatizando su compromiso, desde su área de responsabilidad, con la sociedad venezolana.
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