“El hombre impone ideas; la mujer sabe custodiar”. El Pontífice nombró a varias mujeres en el dicasterio del Vaticano que controla a las órdenes religiosas, estas asignaciones se suman a un cambio inexorable, aunque paulatinoEl reto de valorar a la mujer en la Iglesia y sus estructuras no significa hacer cambios cosméticos. El papa Francisco lo sabe y en una ocasión admitió que “mientras el hombre frecuentemente abstrae, afirma e impone ideas; la mujer, la madre, sabe custodiar, unir en el corazón, vivificar”.
En la línea de una Iglesia, madre con los brazos abiertos, Francisco ha nombrado a las primeras mujeres como miembros de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica del Vaticano, informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede, 8 de julio de 2019.
Se trata de siete mujeres, la mayoría superioras generales, líderes en sus congregaciones y comprometidas en sectores claves de la “Iglesia en salida”: caridad, educación y misiones en países emergentes.
Mujeres líderes, ahora en el Vaticano
Así, el papa Francisco ha dado un paso más en la dirección de una iglesia con rostro de mujer con los nombramientos de: Kathleen Appler, F.d.C., de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, Yvonne Reungoat, F.M.A., Hijas de María Auxiliadora (Salesianas de Don Bosco); Françoise Massy, F.M.M., de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María; Luigia Coccia, S.M.C., de las Hermanas Misioneras; Simona Brambilla, M.C, de las Hermanas Misioneras de la Consolata; M. Rita Calvo Sanz, O.D.N., de la Compañía de María Nuestra Señora; y la Sra. Olga Krizova, Presidenta General del Instituto de Voluntariado Secular Don Bosco.
La designación de estas mujeres, por primera vez, intenta afianzar un papel más activo del ‘genio femenino’ en la toma de decisiones dentro de un dicasterio del Vaticano relevante y que se ocupa de todo lo que se refiere a los Institutos de vida consagrada (Órdenes y Congregaciones religiosas, masculinas o femeninas, Institutos seculares), y a las Sociedades de vida apostólica en cuanto a régimen, disciplina, estudios, bienes, derechos, privilegios.
Mujeres consultoras para el Sínodo
El Papa ha definido el dono de toda mujer “muy valioso para la Iglesia, que es madre y mujer”. En este sentido, había ya nombrado, en mayo 2019, a las primeras asesoras mujeres para el Sínodo, la reunión de obispos más influyente del Vaticano.
Cabe recordar que a estos nombramientos se suma el hecho que cuatro mujeres aconsejarán también a los obispos sobre temas relevantes de la Iglesia católica, por ejemplo en el Sínodo de octubre de 2019 que está centrado en la evangelización y la protección del Amazonas y de sus poblaciones indígenas.
De hecho, las mujeres ya nombradas para ayudar al cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario del Sínodo, son: Nathalie Bacquart, exdirectora del Servicio Nacional para la Evangelización de los jóvenes de la Conferencia Episcopal francesa y Alessandra Smerilli, docente de Economía en la Pontificia Facultad de Ciencias de la Educación.
También la religiosa jesuita María Luisa Berzosa González, directora de la federación “Fe y Alegría”, y Cecilia Costa, profesora de Sociología en la Universidad Roma Tre. Las mujeres tendrían derecho de voz y voto como consultoras en la secretaría general del Sínodo por voluntad del papa Francisco.
Cambio progresivo, asignatura pendiente
A lo largo de su pontificado, el Obispo de Roma se ha dedicado paulatinamente a cambiar el predominio de hombres en el poder eclesial y ha designado por primera vez a una mujer consultora de la Congregación para la Doctrina de la Fe, junto con dos subsecretarias en el Dicasterio para Laicos, Familia y Vida. Asimismo, ha asignado a la primera subdirectora de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Paloma García Ovejero, que renunció al cargo al final de diciembre 2018.
Francisco ya ha aclarado que las mujeres no pueden ser ordenadas sacerdotes. Sin embargo, con estos últimos nombramientos, el Vaticano prosigue su labor de integrar el género femenino cada vez más en las estructuras de poder y de decisión.
Todo ello ayudará a prevenir la cultura de los abusos igualmente contra las religiosas, denunciada por la Unión Internacional de las Superioras Generales (UISG) al mismo Papa y quien ha admitido este mal y su voluntad de erradicarlo.
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