Una joven pasó 8 horas en aguas del Pacífico hasta que la Armada la encontró en plena nocheUn helicóptero de la Armada de Chile provisto de visión nocturna encontró finalmente a Verónica en la noche del 18 de mayo, después de que la joven surfista se hubiera perdido en aguas del Pacífico Sur, a media hora de la costa, a la altura de la bahía de Pichidangui.
Verónica estuvo cerca de 8 horas en el agua y el rescate se produjo en la madrugada. El hecho de que fuera noche cerrada y que en la zona se produjeran olas de hasta 4 metros de altura hacía pensar que podía producirse un desenlace trágico, pero la pericia del equipo militar y las oraciones de sus familiares y amigos contribuyeron al éxito de la misión.
Una cadena de oraciones
El padre de Verónica, Ángel, declaró horas después a la televisión:
“Nosotros somos gente de fe. Se rezó mucho y creemos en una ayuda divina. Se rezó mucho… Especialmente, ese día se había beatificado en Madrid a una persona que en mi casa queríamos mucho, Guadalupe Ortiz. En fin, hubo una cadena de oraciones por intercesión de ella hacia arriba y sin duda que todo -la tecnología, la cadena de oraciones…- ha ayudado”.
Verónica había salido a cazar olas con su tabla como otras veces aquella tarde, pero de repente notó que no podía controlar su ruta y que el mar se la llevaba hacia dentro.
Lo siguiente, como ella misma relató a sus rescatadores y a su familia, fueron horas de lucha, intentos frustrados de retomar el control y sobre todo miedo cuando le aparecían en la oscuridad unas sombras que no sabía identificar.
En cuanto sus familiares dieron el aviso, a las 19.30 horas del domingo, la Armada de Chile puso en marcha el dispositivo de salvamento marítimo y, puesto que se trataba de una labor nocturna, salieron a buscar a la chica dos helicópteros. Uno de ellos, un Eurocopter AS 532SC Cougar, disponía de visión nocturna e infrarrojos Flir.
El mismo día de la beatificación
En casa de Verónica, la familia -según relató después el padre de la joven- comenzó a rezar a la beata Guadalupe Ortiz de Landázuri, mujer laica del Opus Dei, de quien precisamente ese mismo día se había celebrado la ceremonia de beatificación en Madrid (España).
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Transcurridas unas largas y angustiosas horas, el Cougar -comandado por el capitán de corbeta Carlos Schnaidt– detectó la presencia de la surfista “despierta y atenta”, según él, en la superficie del mar y acudió en su rescate.
Contra olas de 4 metros
Entre viento de 14 nudos y olas de 4 metros, fue el sargento segundo Manuel Pizarro quien se echó al agua. El nadador llegó hasta ella, le preguntó si se encontraba bien y Verónica dijo que sí, pero que estaba amarrada a la tabla con una línea de seguridad que llevaba atada al pie. Pizarro cortó la cuerda y acto seguido procedieron a subir al helicóptero. Fin de la pesadilla.
Verónica fue trasladada al Hospital Naval de Viña del Mar, donde fue atendida en un primer momento en la UCI y se recuperó.
Al ingresar sufría hipotermia ya que su cuerpo no alcanzaba los 35 grados, pero había podido resistir el frío de las aguas gracias al traje de surfista que llevaba.
Para los familiares, la intercesión de la beata Guadalupe Ortiz (así la llamó el padre de la deportista) fue patente.
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El caso formará parte de la nueva etapa que inicia la beata desde el 18 de mayo en su causa de canonización, ahora camino de ser declarada santa.
Aquí pueden verse las imágenes de la operación de salvamento:
Por su parte, desde el hospital la propia Verónica grabó un vídeo de agradecimiento a los rescatistas. “Gracias a ustedes que estoy viva”, afirma.
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