La Iglesia Católica redobla sus esfuerzos para salvar la vida a un número cada vez más alto de infantes. En Venezuela, la crifra crece a un ritmo exponencial, junto a una “pobreza multidimensional” que afecta a 9 de cada 10 hogares
Las muertes de infantes derivadas de la crisis humanitaria global que vive Venezuela son cuatro veces mayores a las proyectadas hace menos de tres años, según confirma un estudio que coincide con las denuncias de malnutrición reportadas por la Iglesia Católica a través de Cáritas.
El informe presentado por los investigadores Anitza Freitez y Luis Pedro España, al que tuvo acceso Aleteia, señala que al menos 232 mil embarazadas están en situación de pobreza, por lo que se trata de gestantes sin un adecuado suplemento nutricional para sus hijos.
Tanto las deficiencias nutricionales como la incapacidad de compra afectan al 90% de la población. Mientras que la inseguridad alimentaria incide en 8 de cada 10 hogares en Venezuela, que atraviesa por la peor crisis de su historia moderna, de acuerdo con la investigación elaborada por las tres principales universidades del país.
Escasez de medicinas superior al 90%, hiperinflación proyectada en 10.000.000% por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y las continuas fallas de bienes básicos se suman al crecimiento de diez puntos porcentuales de la “pobreza multidimensional” entre 2015 y 2018.
El informe de la Encuesta Condiciones de Vida (Encovi) se realiza desde el año 2014 con base en la recopilación de datos en 6 mil hogares de todo el país. Es desarrollada de manera conjunta por equipos multidisciplinarios, investigadores y sociólogos de las universidades: Católica Andrés Bello (UCAB), Central de Venezuela (UCV) y Simón Bolívar (USB).
El estudio confirma la existencia de “serias deficiencias nutricionales” en Venezuela y alerta sobre un repunte en los daños por desnutrición de infantes. En cuanto a la mortalidad infantil, refleja que el indicador está vinculado a la crisis; y al analizar las condiciones de vida, muestra que en el año 2016 fue superior a 5.000 casos, al tiempo que prevé para el período 2017-2019 se superen los 20.000, una cifra cuatro veces mayor a la esperada.
Aumento en la mortalidad general
Tras reiterar que existe una “brecha en la tasa de mortalidad infantil”, la directora del Centro de Investigaciones Sociales de la UCAB, Anitza Freitez, dijo que observan también un aumento en la “mortalidad general”, y sostuvo que “poder derivar estimaciones de la esperanza de vida” ha resultado muy difícil, a pesar de que emplean metodología científica.
“Hay una brecha de casi 10 puntos (porcentuales) entre la tasa de mortalidad infantil que debimos alcanzar en ausencia de crisis, y la que estamos alcanzando en este contexto de crisis” humanitaria global en Venezuela, abundó.
“Entre el año 2017 y el 2018, el volumen de muertes infantiles alcanzaría una cifra de 20 mil fallecimientos de niños menores de un año de edad, y podríamos quedarnos cortos en la estimación dada, considerando la celeridad con que los cambios se están produciendo entre 2018 y lo que va de 2019”, dijo.
La estimación original realizada en 2016 era inferior a una tasa de 5 mil niños menores a un año de edad como “excedente de muertes infantiles”, pero la proyección de los decesos asociados a la crisis aumentó en una proporción de -al menos- cuatrocientos por ciento.
El estudio toma como base la propia data recopilada hace un lustro para hacer sus comparaciones, evaluar tendencias y detectar patrones. Pero en este caso en particular, tuvo en consideración además las tasas de mortalidad proyectadas por el ente oficial, el Instituto Nacional de Estadística (INE), según las proyecciones de población aportadas por el censo del año 2011.
Hambre en Venezuela:
Pérdida de 3,5 años en la esperanza de vida
“Lo que estamos encontrando en términos de mortalidad infantil en Venezuela es realmente muy duro”, dijo la especialista, quien alertó que se presenta una pérdida de 3.5 años en la esperanza de vida al nacer. Desde “el año 2017 perdimos 3,5 años en la esperanza de vida al nacer. Son muy pocos los casos de países en el mundo que han experimentado una caída de este tipo”, advirtió.
De acuerdo con la definición que realiza el Banco Mundial, el indicador hace referencia a la cantidad de años que viviría un recién nacido, si los patrones de mortalidad vigentes no cambian a lo largo de su vida.
Los investigadores también identificaron que hay más de 800 mil niños en riesgo nutricional, los cuales deberán ser atendidos con urgencia, por lo que sugieren la aplicación del “Plan País”, un proyecto estructural para ser ejecutado durante 180 días para mitigar la crisis.
La propuesta incluye la aplicación de subsidios focalizados -bajo estricta supervisión y control-, así como la reactivación del Programa de Alimentación en las escuelas, a fin de disminuir la deserción y el ausentismo que afecta a la mitad de la población estudiantil.
En enero de 2019, otro estudio independiente confirmó la tendencia: una publicación de la revista científica británica The Lancet Global Health constató el aumento del 40% en la tasa de mortalidad infantil en Venezuela, tomando como base el período 2008 a 2016.
Ratifican, al igual que Encovi, la incidencia de la “crisis económica”, y añaden las complicaciones derivadas del “incremento de enfermedades infecciosas y parasitarias”.
El estudio británico señala que en el año 2008 el “ratio de mortalidad infantil” se situaba en 15 muertes por cada 1.000 nacimientos, mientras que en 2016 se ubicaba en 21,1 muertes por cada 1.000 nacimientos, lo que evidencia un incremento sostenido en las “muertes evitables de infantes”.
Venezuela es el único país en Suramérica en el que aumentó el ratio de mortalidad infantil en esa proporción. Es también el único en el que ocurre tan dramática distorsión en las proyecciones, comparable únicamente con Camboya, o las naciones afectadas durante la disolución de la Unión Soviética, según ejemplificó Freitas.
La Iglesia salva a más de 3 mil niños cada año
En los últimos cinco años, la Iglesia Católica intensificó sus programas de atención y los Viveros a través de Cáritas, programas por medio de los cuales “gradúa” a infantes de 0 a 5 años de edad, en un intento desesperado por salvarlos de la desnutrición infantil.
Aunque ha alertado a través de Aleteia que ya se presentan rezagos importantes en talla y peso como consecuencia irreversible de fallas sistemáticas en la alimentación, el esfuerzo de sus equipos en todo el país logra cada año salvarles la vida a más de tres mil infantes.
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