Tras casos de desnutrición grave en indígenas, ahora la declaración de emergencia social para atender las necesidades de la comunidad.
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La noticia vinculada a la desnutrición de niños indígenas en la localidad paraguaya de San Juan Nepomuceno, Departamento de Caazapá, generó conmoción no solo en el país en cuestión, sino en toda la región pues de alguna manera dio cuenta de la existencia de un flagelo que sigue golpeando a Latinoamérica.
Efectivamente, según dio cuenta un informe reproducido por Aleteia, “la mitad de los niños indígenas en Paraguay está desnutrido”.
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Sin lugar a dudas esto impacta –para muchos era un tema que solo estaba asociado a Venezuela- y hubo gente que no tardó en mostrar su indignación a través de un fuerte llamado a la acción. Fue así que en los últimos días -debido al estado de vulnerabilidad existente en varias zonas de la comunidad en cuestión- la Junta Departamental de Caazapá decidió declarar la emergencia.
Así pues, el tema de la extrema pobreza – que entre otras cosas ha generado efectos sobre las comunidades indígenas en una zona recordada por ser una de las primeras fundaciones franciscanas durante el dominio español en Paraguay- ha motivado esta dura declaración con el fin de que sea posible que se destinen más fondos de ayuda en este lugar (asentamientos en Mandu’ara).
El encargado de presentar la declaración fue el concejal Michel Martínez y está previsto que en las zonas afectadas se mantenga por 180 días.
“Este plan piloto es de 180 días, y si funciona vamos a ir extendiendo los pasos, desde esta Junta, la idea es ir solucionando los problemas de extrema pobreza en Caazapá”, señaló el concejal, reproduce La Nación.
Por otro lado, se informó de la creación de una comisión especial que tendrá como fin la elaboración de un informe sobre la situación económica y social en la que actualmente se encuentra el territorio, algo que en definitiva se presenta como señal luminosa en medio de tanta oscuridad.
¡Nunca más!
Recientemente Aleteia se hacía eco de la situación de desnutrición grave de una pequeña niña indígena de tres años (pesaba siete kilos) que logró tener asistencia.
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En buena hora todo esto ha generado ruido, pues las acciones ya se están tomando y ahora el combate ante la extrema pobreza se está haciendo realidad. Ojalá estas comunidades recuperen la salud y la dignidad.
¡Nunca más niños indígenas desnutridos y en estado de gravedad en San Juan Nepomuceno!
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