En el río Orontes en Hermel se encuentra un lugar muy especial, es el Monasterio de San Marón. Un monasterio que hace 520 años establecieron los primeros maronitas en el Líbano. Los maronitas quisieron celebrar su fiesta en este lugar. Allí se cumplió la profecía de Isaías: “Y el desierto se regocijará y florecerá como el Señor“(1: 6).
El padre Michel Abu Taka, secretario general de la Orden Maronita Libanesa lo explicaba en su sermón: “Construyeron en ella un espacio de libertad y apertura, y lo convirtieron en un oasis celestial, un oasis de convergencia y unidad en la apertura de los hermanos de las religiones”.
La celebración, que tuvo lugar en febrero, nos permite conocer un lugar que es parte fundamental de la historia del cristianismo. El lugar que hace posible una profecía (Imágenes):