El pasado aún es presente cuando no hemos sanado las heridas emocionalesHay gente que opina que revisar el pasado es una pérdida de tiempo y que lo importante es concentrarse en el presente. Muchas veces este razonamiento nace del miedo al dolor que produce recordar ese pasado. Esta huida hacia delante lo que produce es precisamente el efecto contrario de lo que se pretende lograr, ser feliz hoy, en este momento.
Qué duda cabe que el pasado ya no existe, pero para bien o para mal lo que eres actualmente se lo debes a tu pasado. Todas las decisiones que has tomado, cada camino que has dejado atrás y cada experiencia que has vivido te han convertido en la persona que eres hoy. Algunas situaciones han propiciado aprendizajes valiosos, pero es probable que otros hechos te hayan lastimado y continúen determinando tu comportamiento, aunque no seas plenamente consciente de ello, ya que tu cerebro guarda tu experiencia emocional.
El pasado aún es presente cuando no hemos sanado las heridas emocionales. Es cierto que no puedes cambiar el pasado, muchas de las decisiones que has tomado no tienen vuelta atrás y no tienes el poder para borrar las experiencias que ya has vivido. Sin embargo, puedes cambiar la visión que tienes de esos hechos, puedes lograr que dejen de causarte daño y, sobre todo, puedes impedir que se conviertan en un obstáculo que te impida seguir adelante.
En algunos casos, cuando sientes que la situación te sobrepasa, simplemente eres incapaz de aceptarla y ese recuerdo continúa generando emociones negativas que condicionan las relaciones que estableces con los demás o contigo mismo produciendo problemas de autoestima y emociones negativas de resentimiento.
¿Cómo sanar el pasado para que no nos haga daño?
Lo importante es sanar al pasado detectando las vivencias traumáticas o las creencias heredadas que laceran nuestra vida. El principal objetivo de este tipo de terapia consiste en trabajar desde la seguridad de la consulta con las memorias guardadas en tu cerebro de las experiencias que te están limitando en el presente, ya sea consciente o inconscientemente, para poder aceptarlas, tanto desde el punto de vista racional como emocional. De esta forma dejarán de limitar tu futuro.
Recuerda que lo importante no es lo que ocurrió, sino cómo tú lo vives ahora. El pasado ya no existe, lo que perdura es el recuerdo que guarda tu cerebro, que gracias a la investigación sabemos que nunca es fidedigno.
No se trata de borrar el acontecimiento de tu mente, sino de que lo puedas integrar de otra forma, de manera que no te dañe. Como nuestro cuerpo cicatriza las heridas para que no nos duela, también nuestro cerebro, nos permite “reprocesar” el dolor emocional dando a los eventos un nuevo significado.