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“No gano para comer pero no me quiero ir de Venezuela”

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Ramón Antonio Pérez - publicado el 17/01/19
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Los educadores venezolanos exigen respeto a sus derechos y alertan que “más de unos 172 mil docentes han tenido que abandonar el país, porque no ganamos ni para comer”

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Cada 15 de enero en Venezuela es un día importante para el sector educativo: es el Día del Maestro que tuvo su origen en el año 1932 y fue decretado como tal en 1945 por el presidente Isaías Medina Angarita. Es un homenaje permanente a los educadores venezolanos, cuyos trazos en la historia nacional recuerdan a insignes maestros como Simón Rodríguez y Andrés Bello en la época de la independencia, y más recientemente en el período de la democracia, a Luis Beltrán Pietro Figueroa, entre otros.

Los educadores reconocen con orgullo que llevaron a los venezolanos a altos niveles de formación académica lo que significó desarrollo para el país, sin embargo, en esta ocasión más que festejar, prefieren denunciar la situación por la que están atravesando.

Se hace muy difícil ejercer la profesión de docente por las precarias condiciones de vida que tienen los profesionales del ramo”, exclamó indignada para Aleteia la profesora Patricia Escalona, de 38 años de edad, y con 12 años de ejercicio.

La joven mujer participó en una protesta de calle convocada en esta fecha por la Unión Democrática del Sector Educativo, en Caracas, donde se quejó de la difícil situación que experimenta el sector educativo, motivado a los bajos salarios y a la violación de la convención colectiva “secuestrada” por el gobierno de Nicolás Maduro.

“Existe mucha vocación de servicio, pero las condiciones con que laboramos no nos permiten cumplir con nuestros objetivos de formar a las ‘semillas del mañana’, situación que ha mermado la calidad de la enseñanza”, comentó en la salida del Metro en Sabana Grande, uno de los sitios de protesta en la capital de Venezuela.

Pese a las dificultades, señaló que no quiere irse del país como sí lo están haciendo muchos de sus colegas que se han visto obligados a migrar hacia otras naciones en la búsqueda de mejores condiciones de vida. “Siembra esperanzas que algún día la situación de Venezuela mejorará”, dijo, animada en que la situación cambiará.

“Con hambre y miseria no hay educación”

La profesora Raquel Figueroa, del movimiento educativo “Simón Rodríguez”, expuso que “hoy salimos a la calle a defender nuestros derechos constitucionales y contractuales del docente venezolano que vive su peor momento”.

Argumentó que el incremento del salario recién aprobado por el gobierno, de 18 mil bolívares soberanos, no resolverá la situación económica. “Mientras no haya una política de producción nacional aquí no hay salario que valga la pena, ya que se lo comerá la hiperinflación que devora lo poco que devengamos”, dijo la docente.

“Los educadores estamos pasando hambre y el gobierno no hace nada por solucionarnos nuestra situación”, dijo la gremialista. “Al igual que los niños se desmayan en las aulas de clase, los maestros también atraviesan por una situación similar, porque no se alimentan lo suficiente”. Denunció que el 95 por ciento de los planteles del país no gozan del Programa de Alimentación Escolar, “lo cual es una tragedia para los niños”.

Migración y adoctrinamiento

En torno a la diáspora señaló que de acuerdo a las cifras que maneja el gremio, se han ido del país aproximadamente unos 172 mil educadores en búsqueda de mejores horizontes. “Los educadores nos formamos para la democracia, y no para la dictadura, y en Venezuela ya no existe el proceso pedagógico de formación de valores, lo que prevalece en estos momentos es el adoctrinamiento político”, dijo.

Jubilaciones que alcanzan para nada

Un caso muy triste es el de la profesora Elizabeth Guerrero, con 30 años de servicio. Contó a Aleteia que el dinero de su jubilación “no me alcanza para comer, mucho menos para comprar medicamentos”. Confesó que su esposo padece de Parkinson, y un nietecito de 14 meses, sufrió un derrame cerebral. “El niño requiere hacerse una resonancia magnética, pero no contamos con recursos para tal fin”, imploró.

Frente a la sede del ministerio de educación, otro de los puntos de la protesta del 15 de enero, los docentes anunciaron que se mantendrán en las calles defendiendo sus derechos constitucionales y contractuales; en consecuencia, convocaron para una paralización total de actividades escolares el jueves 17 de enero.

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